Debacle educativa en Oaxaca: Por: Isaac Leobardo Sánchez Juárez*

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La suspensión de actividades escolares por parte de los profesores del sistema educativo básico en Oaxaca ya no sorprende a nadie, es una tradición que se realiza ¡desde hace 31 años!, es una forma de chantaje que se repite religiosamente cada año, sin importar quien esté a cargo del gobierno estatal o federal.

El resultado de años de movilizaciones, marchas y plantones no ha sido el progreso de la entidad, sino su hundimiento en la pobreza e ignorancia. Los únicos beneficiados han sido los líderes sindicales, los políticos en turno y un pequeño grupo de profesores que cobra grandes salarios sin trabajar.

La debacle educativa en Oaxaca se ha consumado, los profesores están muy lejos de ser ejemplos de honestidad, capacidad, talento y vocación de servicio. Con sus acciones sabemos que son los verdaderos enemigos del progreso en la entidad. Cada año, sin oponerse, siguen las reglas dictadas por sus corruptos líderes, desatienden sus funciones escolares y fomentan la violación del marco legal vigente.

La mayor parte de profesores no quieren ser evaluados, no quieren ser penalizados por no asistir a clase, no quieren capacitarse, en fin, están en contra de la calidad educativa. Únicamente desean extender la mano para obtener, sin falta, un salario que no debería ser otorgado ante la ausencia de buenos resultados. Es de sobra conocido en Oaxaca que si se quiere hacer dinero fácil, no existe mejor camino que convertirse en profesor, afiliado a la sección 22 y hacer carrera política dentro de esta nefasta organización.

Sus acciones ya no pueden ser toleradas, cumplir con sus injustas demandas sería caer nuevamente en su juego. El hecho de que cada año repitan el chantaje indica que no se les debe solapar más, es necesario eliminar los incentivos que tienen para paralizar la educación. Si un trabajador normal en el sector privado deja de trabajar más de tres días, sin justificación alguna, se les despide y contrata a otro que esté dispuesto a dar su mejor esfuerzo para maximizar la rentabilidad de la empresa. ¿Por qué tiene que ser diferente con los profesores? ¿Por qué se les paga y premia por dañar la propiedad ajena y el esfuerzo privado?

Oaxaca es una entidad donde se evita lo que en otros lugares ha funcionado para lograr el desarrollo, en contra del sentido común, grupos como el de los profesores y políticos mal educados por ellos, se esfuerzan en mantener la corrupción, el exceso de gasto público, la ausencia de transparencia, la violación a los derechos de propiedad, la realización de obras de mala calidad, la casi nula inversión en ciencia y tecnología, entre otros.

Duele decirlo, Oaxaca es una entidad llena de absurdos, donde se castiga al que trabaja, es honesto y desea contribuir con su esfuerzo individual al bien común y al contrario, se premia al político, al líder sindical, al que quema edificios, toma las calles, crea barricadas, ahuyenta las inversiones y se opone al funcionamiento del sistema de mercado.  

Lo que ocurre en Oaxaca, deja en claro que lo que se requiere es una menor intervención del Estado y una mayor participación ciudadana, así como la creación de un marco institucional adecuado para la operación de mercados libres. La elevada intervención estatal únicamente ha fomentado la corrupción, el corporativismo y las sociedades para la búsqueda de rentas. Aunque a muchos no les gusta la idea, porque ganan sin trabajar, la mejor opción consiste en avanzar en la privatización del sistema educativo y el fomento a la calidad en el actual sistema público.

En el marco de la descentralización educativa, este gobierno estatal u otro capaz de soportar el golpeteo político, debe depurar la base trabajadora, se debe evaluar a los profesores y para ello debe reducirse el poder del sindicato, ¿cómo? Reduciendo el gasto que cada año se le transfiere, siendo más honestos. ¿Es posible lograrlo? Claro que sí, siempre y cuando los ciudadanos exijamos una reforma educativa hacia la calidad, en el entendido de que somos nosotros los que pagamos el actual sistema público de educación.

Los profesores realmente valiosos deben permanecer en el sistema, deben ser capacitados, obtener mejores salarios y prestaciones, aquellos que no sean capaces, que no estén dispuestos a dar su mejor esfuerzo, deben ser liquidados conforme a derecho. Parte fundamental de la reforma consiste en la limpia del sistema para la formación de profesores, las normales distan mucho de buscar calidad y formación, son centros de entrenamiento del sindicato. El examen de grado para convertirse en docente consiste en tomar una oficina gubernamental, destruir un bien público, detener un autobús o apostarse en las principales plazas públicas.

Evaluar a profesores, administrativos y alumnos es necesario, para que en función de esto se destinen los recursos públicos y no se haga de forma discrecional. El apoyo a las escuelas públicas debe continuar, pero siempre y cuando se mejoren los indicadores de desempeño educativo, no se puede seguir solapando la mediocridad. Dado que internacionalmente, la educación privada ha demostrado tener mejores resultados que la educación pública, en términos de eficiencia, la diversidad y la innovación, se requiere apoyar a los padres de familia de aquellos niños que hoy se encuentran insatisfechos con el sistema público para que puedan optar por una escuela privada.

Un sistema de bonos educativos sería una buena opción para aquellos que residen en ciudades medias, donde existen escuelas privadas, pero en las pequeñas comunidades del estado el tema es realmente complejo ya que no existen economías de escala para la instalación de escuelas privadas, por ello no puede desaparecer el sistema público. Lo que sugiero es un mayor involucramiento de los padres en la formación de sus hijos, un monitoreo constante de la labor realizada por los profesores y por las condiciones de la entidad, una mejor (no mayor) regulación, para que se motive a los profesores que realizan con eficiencia su trabajo y se penalice a aquellos que no lo hacen.

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* Doctor especializado en estudios regionales y profesor-investigador de la UACJ