“…Porque en la vida política, los errores de una generación, casi siempre los paga la que le sigue”
“… esa pequeña aristocracia moral e intelectual capaz de impedir que la humanidad se hunda en el fango de los egoísmos y apetitos materiales”
G. Mosca
El jueves pasado, se anunciaba en varios espacios de comunicación que el PRI buscaría al “Messi” de la política.
A pesar de lo desafortunado de la comparación, al anuncio del presidente de su órgano de capacitación política, subyace una intención tan noble como necesaria y urgente, aunque no podamos eludir la sabiduría popular que sentencia que “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”.
Guillermo Deloya, presidente de Consejo Directivo del aún minimizado Instituto de Capacitación y Desarrollo Político A.C, organismo especializado del PRI, aprovecho el acto de relanzamiento de la Escuela de Cuadros para anunciar con César Camacho Quiroz uno de esos programas que llamó a quien esto escribe, poderosamente la atención: el reclutamiento de diez jóvenes por entidad federativa para ser capacitados privilegiadamente por lo más granado de la “intelligentsia” priista.
La intención es la formación de 320 jóvenes con perfil político-administrativo en todo el país, listos para incorporarse a la administración pública, a las tareas de partido a nivel comité o a las candidaturas en futuros procesos electorales.
Dos preguntas me resultan obligadas, no con ánimo de crítica quisquillosa sino como parte de nuestro ejercicio cotidiano de reflexión:
- 1.¿Por qué relanzar la escuela de Cuadros?
- 2.¿Por qué solo 10 en cada entidad federativa?
El antecedente inmediato del PRI es la Escuela de Cuadros que dirigiera hasta 1996 José Encarnación Alfaro. Una reforma de avanzada pero, a todas luces, inoperante, hizo que aquella “escuela” se convirtiera en un instituto y cobrara vida jurídicamente como una asociación civil. EL ICADEP terminó igual o más minimizado que su antecesora. Y es que no se ha tratado de un asunto estructural, ni programático, sino de voluntad. La capacitación política solo han sido prioridad, dentro de la estructura formal e informal del PRI, para los titulares de este tipo de organismos y a veces, ni siquiera eso.
El pragmatismo ha corroído al PRI al exceso de la caquistocracia. Las dirigencias del PRI, con más énfasis en las entidades federativas, han sucumbido al gobierno de los peores. Imposible es pensar que personajes quienes durante su juventud no mostraron esmero en su preparación personal, demuestren –al menos- respeto por la función educadora que tienen los partidos políticos. La capacitación política es por ello función relegada a la última prioridad; los presupuestos destinados a ella, desviados a otros rubros; y los espacios estatutarios correspondientes, agencias de colocación para “cuadros” que no alcanzan lugar en la repartición de carteras o que no “merecen” oportunidad en la toma de decisiones.
El PRI tiene que anunciar el relanzamiento de aquello que en el pasado le dio brillo, para evidenciar que el ICADEP nación, incluso en su nomenclatura con el germen de la confusión y la inoperancia.
Respecto de la segunda pregunta, las precisiones son más palpables. ¿Quiénes serán los diez aristócratas por estado? ¿Cómo se elegirán? Con la escasa información anunciada se avisora un proceso de selección que habrá de tener como su primer filtro un examen escrito y como segundo, entrevistas personales. Se ha anunciado que no serán familiares ni allegados a los priistas prominentes y que los exámenes no serán requisitados con nombre ni apellidos, sino con folio.
Nos gustaría conceder el beneficio de la duda, pero la experiencia es maestra inflexible. Al tiempo.
A más de ello, la capacitación de este cuerpo de élite se anuncia “semi presencial”. Los diez jóvenes de cada estado recibirán sus clases a través de video conferencias. ¿No valdría la pena reclutar el tiempo necesario a estos 320 jóvenes en la ciudad de México? Está muy bien eso de las Tecnologías de la Información y de la comunicación, pero no hay instrumento pedagógico superior al modelo presencial; aquel donde los alumnos pueden interrumpir, cuestionar, en una palabra, interactuar.
O ¿se le teme a algo? Puede ser el costo económico que implicaría. Pero si se habla de becas ulteriores al extranjero, no creo que sea el caso. Además dado el análisis costo-beneficio, el PRI podría costear la manutención de muchos más jóvenes si lo que se busca es realmente lo que se anunció.
Otro temor puede ser que los alumnos rebasen a los maestros. Se han anunciado legisladores y funcionarios priistas como maestros. Hay priistas que se han destacado por su perfil académico, se supone que de esos seleccionarán a los ponentes, aún así puede haber temor. Es muy difícil en nuestra realidad que un ser humano que ha hecho de la política su modus vivendi, se tome tiempo para actualizar sus conocimientos. De entrada, de los priistas de cúpula, solo imagino a César Camacho dando cátedra a las almas jóvenes. Del resto que sistemáticamente vemos en los medios, ninguno.
Finalmente ¿Por qué solo 320? Si esos diez de cada estado tienen su futuro político inmediato asegurado dentro del PRI, estoy de acuerdo, pero ¿por qué no anunciarlo expresamente? Ello implicaría abrir espacio dentro de un PRI inimaginablemente elitista a esa “nueva aristocracia” a la que se refiere Mosca y nada representa más peligro para un político empoderado que un joven con talento y conocimientos.
Cientos de experiencias hay de marginación, bloqueo, grilla y escarnio en todo el país hacia jóvenes que buscan sin más armas que su intelecto, su tesón y sus buenas intenciones, una oportunidad para hacer historia dentro del PRI. Lo que el político de altos o medianos vuelos busca –salvo honrosas excepciones- no son jóvenes “garbanzos de a libra”, sino peones, incondicionales cuya principal virtud sea la docilidad. El que es dueño de sus ideas y de sus palabras es siempre un peligro, una amenaza que hay que contener, a la que hay que cerrar el paso por todos los medios posibles.
De no ser el caso de asegurar el futuro a estos 320 jóvenes, como tristemente se avisora, ¿por qué no abrir la oportunidad de acceder a las video conferencias a todos lo que quieran? El partido tiene los recursos para abrir canal de internet en el que todo aquel que tenga una computadora y acceso a internet pueda tomar las clases. Y a quienes no, puede abrirles las puertas de los Comités Directivos Estatales y de los Municipales para que ahí mismo se transmitan. Sirve y al PRI en estados que como Oaxaca, parecen sepulcros, vuelve a acercarse la gente.
Twitter: @MoisesMolina