Naciones Unidas.- La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) de Naciones Unidas concluyó su 61 sesión con un documento final ambicioso, pero que evitó los compromisos específicos que impulsarían la equidad de género en el ambiente laboral.
El CSW, máximo foro internacional dedicado a impulsar la equidad de género en el mundo, dedicó su sesión de este año a impulsar la equidad de género en el campo laboral.
La sesión, que concluyó el viernes en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), concluyó con un documento consensado que servirá como guía para que los gobiernos implementen políticas nacionales.
“En general es muy positiva la resolución, pero no se llegó a las especificidades. Hubo resistencia para hablar de detalles sobre cuáles son las diferentes poblaciones que son afectadas, ni los grupos de mujeres que pueden ser incluidas en políticas de promoción”, dijo la activista María Eugenia Romero.
Directora general del organismo civil mexicano Equidad y Género, Romero indicó en entrevista con Notimex que hubo gobiernos reunidos en un bloque conservador que se negaron a entrar en detalles sobre grupos vulnerables de mujeres y sobre la manera de promover sus derechos.
La coordinadora del grupo civil mexicano Balance, Eugenia López Uribe, coincidió en que los gobiernos evitaron enunciar políticas que afectan a grupos específicos de mujeres marginadas en todas las regiones del mundo.
“Ya sea por raza, etnia, casta, clase, discapacidad, edad, estado de Virus de Inmunodeficiencia Humana, orientación sexual, identidad de género, expresión de género o características sexuales, el silencio de los gobiernos sobre estos temas no puede continuar”, expresó López Uribe, en un comunicado distribuido por una coalición civil.
Representantes civiles indicaron que el bloque de países que encabezó la agenda conservadora estuvo encabezado por el Vaticano, reconocido por la ONU como Estado observador, e integrado por Rusia, Guyana y numerosas naciones árabes y africanas.
Entre los temas positivos del documento destacan los compromisos generales de los gobiernos a impulsar políticas de igualdad de remuneración, así como protecciones sociales para crear trabajo decente para trabajadoras tanto remuneradas como domésticas.
Reconocieron además que las nuevas tecnologías y sectores de rápido desarrollo presentan nuevas oportunidades de empleo para las mujeres, aunque para ello es preciso mejorar el acceso a la educación y la formación pertinentes.
Asimismo, se estableció la necesidad de garantizar que tanto las mujeres como los hombres obtenga permiso parental remunerado, y pidió políticas migratorias sensibles al género que promuevan el empoderamiento económico de las mujeres migrantes.
La CSW también exhortó a la plena inclusión y desarrollo de las mujeres indígenas en la vida económica, incluso mediante el establecimiento de empresas de propiedad indígena.
No obstante los avances, otro de los serios problemas de la resolución, de acuerdo con activistas, fue el rechazo de muchos gobiernos para integrar los lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para reconocer el derecho de las mujeres a obtener y realizar empleos.
La directora del grupo civil Desarrollo y Derechos para las Mujeres de Asia Pacífico, Sanam Amin, consideró como “alarmante que en una reunión mundial dedicada al empoderamiento económico de las mujeres y su lugar en el mundo laboral, muchos gobiernos rechacen a la OIT en las conclusiones”.
En ese sentido, Romero apuntó que la resolución final es un “documento sui géneris” del que fueron eliminados todas las obligaciones y compromisos nacionales respecto a la aplicación de los lineamientos de la OIT con perspectiva de género.
“Es un discurso en el que aparentemente todo mundo se compromete al empoderamiento de las mujeres, pero cuando hay que llegar a las acciones entonces no están de acuerdo. Eso habla de una simulación”, fustigó Romero.
Notimex