Según lo que hemos venido aprendiendo de la pandemia a raíz de la experiencia en China, primero, luego en Italia, España y otros países europeos, y finalmente en los Estados Unidos, la población más vulnerable, la más expuesta a sufrir de manera importante la enfermedad Covid-19, son los adultos mayores. Son ellos los que han saturado los servicios de terapia intensiva y los que principalmente se mueren por esta causa. La lección, entonces, es que tenemos que prestar particular atención a nuestros abuelitos y abuelitas en estos días complicados. Tenemos la obligación de cuidarlos, tanto por ellos como por nosotros mismos, porque todos guardamos una deuda de gratitud con ese sector poblacional que nos antecede en edad, en experiencia y en sabiduría.
Cuidar a los adultos mayores es un ejercicio de gobernanza. Ahora mismo es un gran momento para que como sociedad nos acerquemos a ellos, ya que desde el jueves pasado, día 26 de marzo, arrancó la segunda entrega del año de los apoyos que conforman el programa 68 y más (65 y más en población indígena y afromexicana). ¿Qué quiere decir esto? Que se va a desplegar en todo el estado de Oaxaca un operativo por parte de la Secretaría de Bienestar, encargada del programa, hasta el 11 de abril, y esto es algo muy valioso porque, además de que se está pagando por adelantado un bimestre —marzo-abril y mayo-junio juntos, un total de $5, 240.00 pesos— es una gran oportunidad para conocer de primera mano los casos individuales y así poder incidir de manera efectiva en el cuidado.
Se está procesando una reforma al artículo 4º de la Constitución en el sentido de adicionar al capítulo de los derechos sociales esta pensión para los adultos mayores. El proyecto ya fue discutido y aprobado por el Senado de la República y ha sido turnado para su consentimiento a las legislaturas de las entidades federativas, como es necesario en toda reforma constitucional. En el caso de Oaxaca, el programa contempla este año un universo de 256, 488 adultos mayores que estarán recibiendo sus pensiones, en 987 sedes a lo largo y ancho del estado. Los apoyos se estarán entregando de la manera convencional, es decir que los abuelitos y las abuelitas se presentan en las mesas de atención y se les entrega el dinero uno por uno, cuando escuchan su nombre. El recurso ya se está dispersando y lo que queda es cuidar que no haya aglomeraciones que incrementen la posibilidad de contagio. Hay algunos lugares, en cabeceras municipales, donde se juntan más de medio millar de abuelitos y abuelitas en un momento dado. Lo que hay que hacer es buscar un buen mecanismo para que se mantenga el distanciamiento físico, aprovechando para promover las medidas preventivas y hacer el seguimiento de casos. Qué mejor que conocer ahí directamente quién tiene sintomatología respiratoria y avisar al centro de salud. Porque la gobernanza es eso, que la Secretaría de Bienestar haga lo que le corresponde, pero que también participen los presidentes municipales a través de su regiduría de salud, los servicios de salud a través de sus centros de salud, el sistema IMSS-Bienestar a través de sus unidades médicas, el DIF municipal y el DIF estatal en sus diferentes instancias. Si se hacen las cosas bien, vamos a pasar una pandemia con nuestros abuelitos y abuelitas en casa, sanos y salvos.
Al margen del pago adelantado de las pensiones y de lo que las instituciones están preparadas para implementar, tenemos que retomar una esencia importante de lo que significan nuestros abuelitos y abuelitas, que son la bendición de la familia. El abuelito y la abuelita son los que le dan sustento moral a la familia y es el momento en que los hijos y los nietos los cuidemos. Por ello hago eco de las palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador, que en su conferencia matutina del pasado martes 24 de marzo dijo: “La familia en México es la institución de seguridad social más importante […] Les pido, con todo respeto, con cariño, a los integrantes de las familias en México, que nos dediquemos a cuidar a nuestros adultos mayores.”
Es verdad que el nuevo coronavirus puede afectar a todas las edades, pero sabemos que los casos más graves ocurren en los abuelitos y las abuelitas. Por eso es que hay que cuidarlos, entendiendo que esto significa en primer lugar evitar contagiarse uno mismo. ¿Que más podemos hacer por los abuelitos y las abuelitas en estos días de sana distancia? Llamarles, hacerles saber que estamos al pendiente de ellos, llevarles el mandado y las medicinas, recordarles que sigan su dieta y tomen sus medicamentos. Y, sobre todo, asegurarles que cuentan con nosotros, demostrarles que no están solos.
Twitter: @martinvasquezv