* Los Generales de División Tomás Ángeles Dauahare y Juan Alfredo Oropeza Garnica no fueron secretarios de la Defensa Nacional por intrigas palaciegas desde el poder.
*‘Los militares trascendemos sexenios; nuestra lealtad es a las instituciones constitucionales de la República, no a las personas’, afirma Juan Alfredo Oropeza Garnica.
Sin llegar al extremo de constituir un Estado dentro de otro Estado, hay instituciones centenarias que por su fortaleza de iure y de facto representan en alguna medida el poder detrás del poder.
Es el caso, sobre todo, de tres factores de innegable poder: Las Fuerzas Armadas en general y de manera particular el Ejército Mexicano, las Iglesias, preponderantemente la Católica, y los dueños del dinero.
La sabiduría del viejo sistema político mexicano recomendada a la nueva clase política, establecer, fortalecer y consolidar alianzas con los representantes de Dios, del dinero y de la fuerza militar.
Hoy, lamentable y dolorosamente, las cosas han cambiado radicalmente y para alcanzar el poder, mantenerse en este y ampliarlo, es indispensable aliarse con el crimen organizado y el narcotráfico.
Claro, no podemos generalizar ni tasar con el mismo rasero a todos los políticos y gobernantes federales, estatales y municipales. Hay, desde luego, cada vez menos honrosas excepciones.
Dado el enorme poder real de las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y cristianas, así como los banqueros, no es menos real la fuerza demoledora de sus traiciones inspiradas por los políticos.
En vísperas del 110 Aniversario de la Revolución Mexicana bien vale la pena rescatar algunas historias de vida de generales, ejemplo de dignidad y reiterar la denuncia sobre las traiciones en su contra.
Baste mencionar dos casos como botones de muestra: Los Generales Tomás Ángeles Dauahare y Juan Alfredo Oropeza Garnica no fueron secretarios de la Defensa Nacional por intrigas palaciegas.
Los dos tenían los méritos suficientes para ser Generales de Cuatro Estrellas, pero su integridad estorbaba a los intereses creados en la Presidencia de Felipe Calderón y los altos mandos del Ejército Mexicano, pisaban callos.
Ambos generales son expertos en trabajo de inteligencia, contrainsurgencia y terrorismo. A Oropeza Garnica, ex Director de la Industria Militar, se le intrigó con el plagio del diseño de un fusil de asalto alemán.
El tiempo demostraría que el diseño del fusil FX-05 Xiuhcoatl “Serpiente de Fuego”, creado por la Industria Militar Mexicana, a cargo del general Oropeza, no fue un plagio del fusil alemán HK G36.
Prueba de ello, el FX-05 actualmente está en operaciones por los cuerpos especiales del ejército como las Fuerzas Especiales, Fusileros Paracaidistas y el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales.
De semejante traición por intrigas palaciegas fue víctima el General Ángeles, sobrino nieto del mítico héroe revolucionario Felipe Ángeles y ex Subsecretario de la Defensa Nacional entre 2006 y 2008.
El General Oropeza asegura que desde que irrumpió la 4T adueñándose del escenario político, las fuerzas armadas y en particular el Ejército Mexicano, institución fundamental del país, ha recibido fuertes agravios.
El militar de alto rango, se suma a otras voces de divisionarios en retiro, que han señalado y dejado al descubierto, el mal humor en las filas militares, generado por algunas directrices del Gobierno Federal y con algunos de los actores de la nueva clase política de la 4T.
“Comenzaron imponiendo como Presidente y Secretario Técnico de la Comisión de Defensa Nacional del Senado de la Republica, instancia que califica los ascensos superiores de los militares de Coronel a General de División, a los señores Félix Salgado Macedonio y Saúl López Sollano”.
“El primero con una trayectoria política y conductas sumamente cuestionadas, nadie lo quiere ni para compadre. El señor López Sollano, militante de grupos subversivos, ahora es luchador social, como les gusta que los nombren a él y a sus correligionarios, para encubrir los delitos que cometieron, disque en favor de la democracia”.
El General en retiro, académico de postgrado en la Universidad Anáhuac en la maestría en Seguridad Nacional y quien cuenta con un doctorado en Administración Pública, sabe de lo que habla, pues no es ningún improvisado.
“Los agravios continuaron con las declaraciones de Epigmenio Ibarra, el Goebbels de la 4T, que haciendo eco de una entrevista ofrecida por el señor Presidente al periódico La Jornada, dijo que tarde o temprano las fuerzas armadas mexicanas serían desaparecidas como sucedió en Costa Rica, obtusa visión, al comparar ese pequeño país con el nuestro”.
“Los soldados en operaciones, fueron agredidos, desarmados y humillados en Michoacán y en muchas partes del país, con una política absurda que les prohíba defenderse de las agresiones violentas de simpatizantes de grupos de la delincuencia organizada, que los utilizan para sus fines”.
“Luego vinieron los homenajes por parte de instancias gubernamentales a los que formaron parte de la Liga Comunista 23 de Septiembre, sacralizando los que asesinaron a personas valiosas que contribuían enormemente a la economía y el bienestar social del país, a los que realizaban asaltos, robos y asesinatos de soldados policías y gente de bien”.
“La última ofensa se suscitó a raíz de las declaraciones vertidas en una corte de Nueva York, en contra del ex Secretario de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos, con hipótesis mil, hubo apresuramiento para declararlo culpable y decir que el ejército sería sometido a una purga de estilo estalinista a todos los que sirvieron con el exsecretario”.
“Nuestra lealtad es a las instituciones constitucionales de la República, no a las personas, la lealtad al Presidente es patente en todas las situaciones, mientras él sea el Primer Mandatario de la nación, no importa su afiliación partidista ni ideológica, así lo establece la ley y a ella nos atenemos”.
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