Cruz Azul humilla y despide al América

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Anoche, Cruz Azul enterró la espada que terminó por matar al América. Como un gladiador victorioso, La Máquina ofreció como sacrificio al rival histórico, al que venció y humilló 3-1, y de pasó puso fin a la vergonzosa temporada de las Águilas.

 

Este Cruz Azul piensa y juega en presente. Este América sólo se refugia en su pasado y no le queda más que pensar en el futuro. Tan contrastantes uno del otro. A La Máquina le espera la Liguilla para ver si ahora sí, ésta es la que rompe su ayuno de títulos; en cambio, las Águilas se van humilladas y con el prestigio arrastrado durante toda esta temporada, la limpia en Coapa es necesaria.

Cruz Azul cerró con broche de oro la fase regular; sin embargo, esto no es nada plausible, ya que la verdadera prueba del equipo que dirige Enrique Meza comienza ahora, en la Liguilla, donde la deuda es muy grande y sólo el campeonato la puede saldar.

Para América, lo único positivo -si se puede considerar así- es que ya terminó este torneo, en el que hundieron la jerarquía de equipo grande que ostenta, ahora sólo queda esperar la reestructuración de todo este proyecto.

En un minuto, La Máquina resumió bien lo que fue América a lo largo de esta temporada: un desastre. Así, con todas las bondades defensivas, apenas en la primera de peligro, el local se adelantó en el marcador. Un centro de Javier Aquino, quien anoche demostró que ya está para ser titular, fue rematado por Emanuel Villa, quien le ganó el salto a Érik Pimentel.

De ahí, el juego decayó, Cruz Azul se puso en el papel de cazador, esperando a que la presa volviera a mostrar sus falencias. América, en cambio, buscó en su frágil orgullo contestar, pero fue lo mismo que toda la temporada, con suaves arribos, con un Daniel Montenegro corriendo mucho (como no lo hizo en varios partidos), sin ninguna profundidad.

Arriba, Matías Vuoso y Raúl Jiménez no tuvieron suerte. Las Águilas, pese a las ganas, no pudieron quitarse el traje grisáceo que mostraron todo el torneo.

En el segundo tiempo, América intentó ser más intenso, pero a leguas se nota que esta ave nunca tuvo garras para lastimar. Al 51’, Christian Giménez tuvo el 2-0 para La Máquina, pero de manera milagrosa Aquivaldo Mosquera desvió su tiro en la línea.

Entonces apareció un poco de lo que las Águilas olvidaron en muchos partidos: dignidad. Al minuto 60, con más empuje que buen futbol, Daniel Márquez, quien había ingresado al terreno de juego, hizo el empate; sin embargo, el árbitro Roberto García lo anuló por una falta previa de Vuoso sobre el arquero Jesús Corona.

Un minuto después vino la debacle azulcrema. Javier Aquino recibió un pase por su banda, encaró la débil marca de Óscar Rojas y puso un centro raso al que Javier Orozco llegó para mandarlo al fondo; 2-0 y fiesta en el Azul.

La Máquina se abalanzó sobre su presa, dispuesta a despedazarla por completo. Al 75’, Tito Villa hizo el segundo de la noche, al aprovechar un pase del Chaco Giménez. Ahí, Cruz Azul terminó con su exhibición y dejó que América mostrara un poco de su vergüenza. Al minuto 80, de tiro libre, Rolfi mandó el balón a las redes. Apareció muy tarde, así como lo fue en toda la temporada.

La Máquina cerró su gran noche, la gente que casi llenó el estadio abandonó el inmueble contenta. Ahora empieza el reto verdadero, el camino hacia el título. Cruz Azul presentó ya sus credenciales: una temporada irregular, que fue a más en los últimos partidos, que lo dejó en el segundo lugar general, y que concluyó con un triunfo contundente sobre el rival odiado. Ése es su presente.

En cambio, América se va a casa, a seguir pensando en el futuro, ése en el que espera encontrar la grandeza que construyó en el pasado, pero que está dilapidando en su presente. Su historia le exige ser algo que no es ahora.

Un estadio sin mallas

Cruz Azul cumplió con el retiro de las mallas de su estadio, aunque tal como lo había anunciado sólo en las partes donde se ubican las porras (cabecera norte y sur) se mantendrán. En el partido de ayer hubo una mayor presencia de elementos de seguridad que fueron colocados alrededor del campo para evitar que la gente ingresara. Al medio tiempo las luces del inmueble fallaron por lo que los primeros minutos del complemento se jugaron con el 50 por ciento de luz.

Villa, contento por concretar los goles
(Juan Pablo Sánchez)

Emanuel Villa salió del Estadio Azul entre gritos de su afición, que lo encumbró como el héroe del partido al haber marcado dos de las anotaciones para el triunfo ante las Águilas. El Tito se dijo satisfecho con que los delanteros se hayan reencontrado con el gol.

“Por ahí no se había dado convertir mucho en partidos anteriores, pero en estos últimos dos partidos se dio un poco más el hecho de que podemos generar más y convertir más, qué bueno que fue en un partido como éste, que a nosotros anímicamente nos levanta mucho y pusimos a disfrutar a nuestra gente”.

Villa aceptó que el triunfo se convierte en una recarga anímica para enfrentar la Liguilla y volver a aspirar a conquistar el título.

“Era importante ganarlo porque sabíamos que no sólo le íbamos a dar una alegría grande a la gente, sino que íbamos a poder calificar a la Copa Libertadores y cerrar de la mejor manera para tener aspiraciones grandes a pelear por el título”.

Milenio