La crisis en la nominación del candidato priista a gobernador de Veracruz podría ilustrar una de las vertientes de más corto plazo del colapso del presidencialismo: el gobernador Javier Duarte busca quitarle al PRI y al presidente Peña Nieto la facultad de elegir sucesor local con el argumento de que el legado estatal es más importante que el legado nacional.
Y no es para menos. En Veracruz se elige a un cómplice o a un verdugo estatal, pero el Presidente de la República requiere del reforzamiento nacional porque ya se ven en el horizonte indicios de persecución expresidencial en tribunales internacionales. El problema empeora cuando se percibe que en el Golfo las dos necesidades son de sobrevivencia, y si uno de los dos grandes electores se equivoca, la factura del poder será muy alta. Y en Veracruz el PAN podría dar la sorpresa.
La designación de Manlio Fabio Beltrones como presidente del PRI quiso de alguna manera mediar en las decisiones, pero existe un factor imponderable –de esos que se están multiplicando en la desarticulación de la política priísta–: Beltrones es precandidato presidencial para el 2018 y requiere poner gobernadores para sus planes.
Los presidentes de la república del viejo régimen priísta anterior al 2000 venían de un escalafón que pasaba por Gobernación o Presupuesto porque ahí se hacían las alianzas del poder y dedicaban la mayor parte de su tiempo en fortalecer su poder vía solamente de la nominación de afines diputados federales, senadores, gobernadores y algunos alcaldes.
Salido de una gubernatura, con un presidente del PRI en la primera mitad sexenal sin entender la política estratégica y no fortaleciendo la presidencia y una institución presidencial en retirada y atrincherada sólo en la estructura limitada del poder ejecutivo, el presidente Peña Nieto está encarando el poder virreinal de los gobernadores.
Si antes el dedazo presidencial era suficiente elector interno en el PRI, ahora están los gobernadores, los caciques locales, los poderes fácticos, el crimen organizado, el PRI metido en su propia sucesión, la oposición fortalecida en plazas estatales, los exgobernadores, hasta los expriístas en la oposición y de manera sobresaliente los precandidatos presidenciales que necesitan llegar al 2018 con varios estados en el bolsillo.
Veracruz, Oaxaca, Tamaulipas, Puebla, Hidalgo, Chihuahua y Estado de México no sólo están colapsando el poder institucional de la Presidencia sino que los intereses locales están olvidando la sobrevivencia expresidencial a partir de 2018. La filtración por parte del gobernador Duarte de que el presidente Peña le había confiado la sucesión local fue una muestra de la crisis en los procesos de elecciones porque en Veracruz se juega su futuro político local el propio gobernador, pero el Presidente no ha cedido su propia estrategia expresidencial.
Peña Nieto necesita ganar elecciones para él, no para los gobernadores salientes. Y el PRI tendrá que jugar para la estrategia presidencial y no para las posibilidades del dirigente partidista en el 2018. La sobrevivencia presidencial, que es de manera simultánea la sobrevivencia del sistema priísta más allá del 2018, tensará las relaciones de poder del Presidente con los gobernadores virreyes, pero las prioridades son obvias.
Veracruz, Oaxaca, Chihuahua y Edomex serán sucesiones estatales vitales para Peña Nieto y los gobernadores salientes tendrán que sacrificarse o rebelarse y pagar las consecuencias de su inexistente autonomía de poder.
Sólo para sus ojos:
- El Diccionario de la Lengua dice que jubilar es cesar un funcionario en su carrera o desechar algo por inútil. Los ministros de la Corte jubilados cobran por descanso pero siguen trabajando y por tanto recibiendo ingresos o beneficios extras.
- La ley de derecho de réplica es un instrumento que se dieron los políticos para coartar la libertad de crítica. Pero de nada les valdrá porque la crítica va a aumentar y ellos tendrán que llenar las cárceles de periodistas arrestados.
- Viene ya una lista negra de terroristas en México, pero no hay leyes reglamentarias y por tanto podría ser pretexto para combatir la disidencia o la insurgencia, además de aumentar los abusos del poder.
- Sube Morena en el DF, se consolida el PAN y el PRI con el control de Cuauhtémoc Gutiérrez sobre el PRI capitalino y la novata Mariana Moguel Robles sigue en la inopia.
http://indicadorpolitico.mx
carlosramirezh@hotmail.com
@carlosramirezh