El libro con un título que se apropia de la marcha ciudadana del 13 de noviembre organizada por el bloque conservador Coparmex-Claudio X. González-José Woldenberg tiene como esencia el eje político-ideológico del INE de Lorenzo Córdoba Vianello y Ciro Murayama Rendón: convertir al Instituto Electoral en un aparato de choque político-electoral caracterizando como populista al proyecto presidencial 2018-2024 y su posibilidad de extenderse otro sexenio en el 2024.
Con instrumental de técnica educativa de reducir los problemas a planteamientos sencillos y con el método de Carl Schmitt –el del amigo-enemigo que critica el Córdova kelseniano–, el libro La democracia no se toca presenta un testpolítico para concluir que el presidente López Obrador es un populista de la peor ralea.
Sin embargo, una revisión de la historia política del país desde la fundación de México-Technotitlan revela que el ejerector del sistema/régimen/Estado mexicano ha sido… el populismo, trazando esta línea histórica que Octavio Paz introdujo en el debate político en su ensayo Posdata: la continuidad sistémica del Tlatoani-Virrey-Señor Presidente como el alma del aparato político mexicano de poder.
En 1973, el politólogo Arnaldo Córdova –padre del consejero presidente Córdova Vianello– publicó su ensayo La ideología de la Revolución Mexicana. La formación del nuevo régimeny allí estableció con claridad que el proyecto de sistema/régimen/Estado del ciclo revolucionario-posrevolucionario era el populismo, al grado de señalar con claridad que el mexicano era un “régimen populista”. La prueba de la historia se encuentra en el populismo en los gobiernos indígenas, en el virreinato que no estableció la esclavitud sino la encomienda, la etapa autonomista-centralista-liberal y el largo ciclo revolucionario, incluyendo decisiones populistas como factor de cohesión social y de clase en el largo período neoliberal 1983-2018.
Arnaldo Córdova resume los tres principales rasgos del régimen populista mexicano posrevolucionario:
–Una línea de masas cuyo objetivo esencial era conjurar la revolución social manipulando a las clases populares mediante la satisfacción de demandas limitadas.
–Un sistema de gobierno paternalista y autoritario que se fue institucionalizando a través de los años.
–Un modelo de desarrollo capitalista… conciliando a las clases sociales y obligando a todos los grupos a convivir bajo el mismo régimen político.
Asimismo, definió las diez características de la ideología de la clase dominante:
1.- El Estado es concebido como el verdadero puntal de la organización y el desarrollo.
2.- El principio básico de la organización social era la propiedad privada.
3.- La ideología dominante, tanto del porfiriato como de la Revolución, se fundó en la idea de que la idea de rectora de soluciones políticas era combatir el atraso material.
4.- El orden y las instituciones sociales se definen como necesidades que la sociedad es incapaz de instalar por cuenta propia y entonces interviene el Estado.
5.- De la idea del orden social y de la vida institucional se deriva un modelo de conciliación de grupos y clases sociales bajo la dirección y el arbitraje del gobernante.
6.- Las masas populares son aceptadas como un punto de apoyo esencial para la política del desarrollo vía el bienestar social con programas sociales inmovilizándolas para la disciplina.
7.- Las explosiones revolucionarias de las masas se conjuran permanentemente con el programa de reformas sociales,
8.- El atraso del país fundamenta una política exterior que depende del apoyo del imperialismo, pero que reconoce la rectoría del Estado.
9.- El nacionalismo asume la condición de ideología y práctica política de desarrollo interno y cohesión social.
10.- La ideología la produce el Estado y sus clases y no los intelectuales al servicio de la clase dominante.
Córdoba y Murayama, por lo tanto, han producido un libro estaliniano de ataque ideológico-electoral al populismo, sinreconocer el papel histórico de este modelo de cohesión social y los dos y el INE buscan facilitar el relevo del populismo histórico por un proyecto nacional definido por sus ahora aliados conservadores estratégicos: la Coparmex, el señor X y Woldenberg como el diseñador del modelo electoral salinista que subordina la democracia electoral a los intereses de la clase empresarial dominante.
Política para dummies: La política sirve para destruir la política.
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