Crimen organizado despoja a 'polleros' de su negocio en Tijuana

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“Antes los migrantes recurrían al pollero: los familiares buscaban un traficante de personas y el cruce se hacía mediante rutas establecidas, pero eso ya se ha modificado, porque los grupos del crimen organizado han penetrado esta actividad”, advirtió el académico Benedicto Ruiz.

 

Y es que de acuerdo con el diario La Jornada, la mafia les ha ofrecido cruces por narcotúneles, por donde también cruzan cargamentos de mariguana y cocaína.

Esos túneles comunican la zona del río en suelo mexicano con el condado de San Ysidro y el costo que deben pagar los indocumentados por el uso de esos pasajes clandestinos oscila entre 6 y 7 mil dólares por persona.

“Para los migrantes de México, Centro y Sudamérica son escasas las oportunidades de pasar a suelo estadunidense. Las opciones de cruce que ofrece la mafia se localizan en Otay, la sierra de Tecate, la Rumorosa o el desierto que se extiende entre Mexicali y Arizona. En todas va de por medio la integridad física o la vida”, destaca el diario.

En las playas de Rosarito, se organizan embarques nocturnos de indocumentados en lanchas rápidas, que penetran mar abierto hasta llegar a Imperial Beach, y de ahí los delincuentes coludidos con ciudadanos estadunidenses internan a sus “clientes” a zonas como Reno, Nevada, o Los Ángeles y San Francisco, California. Las tarifas por ese servicio cuestan entre 6 y 8 mil dólares por persona, refiere el diario.

“Ya no son los polleros tradicionales, sino grupos delincuenciales los que cobran y buscan otro paso por la frontera, y esto ha dado lugar a mayores peligros para los indocumentados. Se ha incrementado el número de muertes, porque la gente busca cruzar por las montañas de Tecate y de la Rumorosa; se remontan y entran a zonas áridas y difíciles, y mueren en el intento de cruzar; eso es constante”, abunda el académico Benedicto Ruiz para el diario.

Y aquellos que no logran pasar se han concentrado en cinturones de miseria que crece en promedio 2.25 hectáreas (22 mil 500 metros cuadrados).

Algunas de las colonias más representativas del poblamiento de indocumentados mexicanos y centroamericanos destacan Valle Verde, la tercera sección de la Obrera, Lomas Taurinas, La Esperanza, 10 de Mayo, El Niño (nombrada así por el fenómeno del niño que azota cada diciembre la región), La Morita, Niño Artillero y Maclovio Rojas.

Ruiz refiere que otro fenómeno más que es el vagar de jóvenes y niños en las colonias aledañas al río que cruza la ciudad.

 “A tal fenómeno se le ha dado por llamar el síndrome del migrante, pues no logró cruzar y empieza a vagar en las calles y a perderse mentalmente”, menciona.

A esa degradación se suman otras actividades ilegales como el reclutamiento a los latinos que purgaron penas de cárcel en Estados Unidos y fueron expulsados de aquel país.

 

SDP Con información del diario La Jornada