Crece tensión por ‘genocidio’ armenio

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genocidioEl Parlamento Europeo pidió ayer a Turquía reconocer la matanza de armenios como genocidio y realidad histórica en el centenario de su conmemoración, a lo que el Gobierno turco respondió con oídos sordos.

El domingo, el Papa desató un conflicto diplomático al utilizar el concepto de genocidio para referirse a las masacres ocurridas entre 1915 y 1917.

Turquía se niega al uso del término por considerar que los muertos son víctimas de la guerra civil que acabó con el Imperio Otomano y no de una política de exterminio.

Aceptar el término implicaría responsabilidad penal como reparación económica a las víctimas y la restitución de territorios.

  El reconocimiento del Papa de que el Imperio otomano cometió un genocidio contra los armenios entre 1915 y 1923 provocó un conflicto que, según observadores, remite a las elecciones generales que se llevarán a cabo en Turquía en menos de dos meses.

“No hay que olvidar que queda poco para las elecciones y la estrategia para ganar de (Presidente de Turquía, Recep Tayyip) Erdogan, siempre ha sido ha sido enemistarse con todo el mundo, crear tensión, conseguir condenas internacionales, para adoptar la figura del solitario héroe defensor de la patria”, explicó a REFORMA Ilya Topper, editor de la revista M’Sur en Estambul.

El elemento añadido, dice Topper, es que en estos comicios el islamista Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan, necesita al voto nacionalista de derecha ante la pérdida de consensos de la formación entre los votantes de izquierda.

“En anteriores años, Erdogan se presentó como muy tolerante, integrador, abierto a minorías, para captar el voto de la izquierda liberal antinacionalista, pero ahora la izquierda está totalmente desilusionada ya ante el manifiesto islamismo del AKP y por ello, (este partido) necesita cortejar a los votantes nacionalistas”, relató el analista.

En este clima, no han faltado también diplomáticos y columnistas que han clamado en contra el discurso del Papa, en el que Francisco se lamentó por el primer genocidio del siglo 20, el de los armenios, y pidió no esconder o negar el mal porque sería como dejar que una herida continúe sangrando sin sanarla.

Por el contrario, la sociedad turca, en particular sus franjas más nacionalistas, son muy sensibles a esos eventos ya que ocurrieron en los años de la construcción de la República turca por Mustafa Kemal Atatürk, como también sugería esta semana Kenan Gürsoy, Embajador de Turquía ante El Vaticano entre 2009 y 2014.

“Lo que no entendió (El Vaticano) es que Turquía es muy sensible a los hechos de 1915”, afirmó Gürsoy, en declaraciones al diario progubernamental turco Daily Sabah.

“Él (el Papa) tiene que entenderlo. Turquía tiene un arraigado pasado y arraigadas tradiciones. Eso no puede ser subestimado.”

De ahí la sempieterna virulencia de las campañas de la diplomacia de Turquía, país que, hasta ahora, ha hecho todo lo posible -a diferencia del Estado alemán, que ha reconocido y condenado el holocausto judío- también para impedir que otros países reconozcan la responsabilidad de Turquía en esas matanzas.

Lo que explica por qué, en la actualidad, esas polémicas matanzas sólo son calificadas como “genocidio” por 22 países, mientras que Turquía reconoce los asesinatos pero no la intención de extinguir una etnia y considera las cifras de muertos exageradas.

Hay quien considera que la tumultuosa posición turca también se debe a que Turquía teme que al reconocimiento le siga una petición de indemnización por parte de los armenios.

“Turquía teme que, después del reconocimiento, el paso siguiente sea un debate sobre las compensaciones e incluso la restitución de ciertos territorios fronterizos”, señaló a REFORMA Alberto Djeredjian, presidente del Centro Armenio de Argentina y quien la semana pasada participó en los actos sobre el tema en El Vaticano.

En efecto, hay quien ha hecho estas peticiones, entre ellos el partido ultranacionalista armenio Dashnaksutyan, el cual, si bien con un escaso peso en Armenia, sí tiene influencia en la numerosa diáspora de esta comunidad.

Por eso también, el pasado domingo, los representantes armenios venidos a Roma hicieron hincapié en el rasgo cristiano de este pueblo, el cual hoy se encuentra esparcido, además de Armenia, en América, Europa y Rusia.

“La Turquía otomana llevó a cabo un genocidio contra nuestro pueblo, con un plan predeterminado”, dijo el patriarca de la Iglesia ortodoxa armenia, Karekin II.

“Nuestro pueblo prefirió morir antes que renegar su fe y su nación”.

Reforma.com/