El “Trastorno por videojuegos”, la nueva enfermedad relacionada a las adicciones añadida por la OMS a su lista de padecimientos, sigue dando de qué hablar; si bien las compañías desarrolladoras no están muy de acuerdo con este señalamiento, por el momento no se puede dar marcha atrás a la categorización; es por ello que un grupo internacional de psicólogos crearon el primer examen de diagnóstico.
El examen lleva por nombre “Do I play too much videogames?” y cuenta con una serie de reactivos generales acerca de los hábitos de consumo y relación en torno al entretenimiento electrónico. De ahí el programa deriva el resultado para decirnos si somos propensos a esta adicción, estamos libres de la misma, o bien, nos encontramos en un punto donde ya afecta nuestra vida más allá de lo virtual.
Dicha prueba las puedes tomar AQUÍ, eso sí, debes de tener un dominio decente del inglés y algo de tiempo, pues son varios reactivos y cuenta con algunas preguntas abiertas. Obviamente debes de contestar con toda sinceridad, pues de lo contrario no se podrá hacer un señalamiento adecuado del posible padecimiento, aún así toma en cuenta que no es algo concluyente debido al medio por el que se aplica.
¿Los videojuegos realmente puede causar adicción?
La pregunta que subyace a toda la problemática es si los videojuegos realmente pueden causar adicción. Para bien o para mal, las pruebas para ambos casos (negando o afirmando su capacidad adictiva) no tienen un fundamento fuerte, quedando en que los problemas que se le puedan causar a los jugadores corresponden más a una tendencia propia de la persona derivada de cosas como el contexto donde se desenvuelve, si hay casos de adicciones en su familia, problemas psicológicos previos, entre otras cosas.
Lo único en lo que se está de acuerdo es que, como todo, el exceso puede llevar a problemas fuertes; sobretodo si no se cuenta con una guía adecuada. Algo similar a lo que pasaba en los 80 y 90, cuando se señalaba a la televisión como un elemento que desencadenaba adicción entre las personas, el cual se traslado a los servicios de streaming, donde se tienen personas viendo series todo un día sin hacer nada más; no obstante, esto no ha afectado en su mayoría, la vida general de los fans de las series o televisión.
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