En 2017, atender a la población afectada por alguna de las enfermedades asociadas a la obesidad le costará al País alrededor de 202 mil millones de pesos.
Eduardo González Pier, subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, explicó que hace un mes el monto se calculaba en 101 mil millones de pesos, pero que una actualización de datos sobre la epidemia lo elevó casi al doble.
“El costo de la obesidad suma (actualmente) 67 mil millones de pesos, casi el 9 por ciento de todo lo que nos gastamos como sistema (de salud) y estará creciendo antes del cierre de sexenio a mucho más del doble”, alertó.
Los daños, precisó, se pueden dividir desde el punto de vista económico en directos e indirectos.
Los primeros, abundó, corresponden a las necesidades de recursos del sistema de salud y, los segundos a los costos de productividad y traslado.
De acuerdo con el funcionario, un nuevo estudio publicado por la Fundación IDEA calcula que sólo la diabetes costará en 2017 alrededor de 96 mil millones de pesos, y que la mitad de ese costo directo lo absorberá el sistema de salud.
En otro estudio se calculó que en 2012 los costos directos e indirectos por diabetes oscilaron entre 85 y 98 mil millones de pesos.
Entrevistado al término de su participación en la 30 Reunión Anual del Instituto Nacional de Perinatología “El origen de la Perinatología de las enfermedades del adulto”, González destacó que estos datos muestran que existen necesidades importantes de inversión en el sistema de salud.
Pero además, señaló, que hay presión en el sistema por enfermedades totalmente prevenibles como la diabetes y la obesidad.
“Estos padecimientos distraerán los recursos que necesitamos para la agenda de convergencia. No nos pueden poner en una situación difícil de abatir la mortalidad, al mismo tiempo que debemos distraer recursos para combatir factores de riesgo y sus secuelas en daños a la salud”.
Por otro lado, González explicó que la transición más drástica que ha sufrido el sistema es en el tema la fecundidad, que pasó pasó de 6.8 hijos en promedio en 1960, a 2.2 hijos en 2014.
“Será una ola demográfica que generará efectos y presiones en el sistema de salud. Ya vemos como en algunas instituciones se están vaciando hospitales materno infantiles”, dijo.
Una cosa preocupante, estimó, es que si bien cambian los perfiles de las dinámicas, como sistema no se ha logrado cambiar las tendencias de recursos humanos.
