* Los principios y valores éticos de militares y policías mamados en su formación, se perdieron. AMLO los corrompió para destruirlos, en cambio, el crimen organizado y el narco mantienen el respeto a su código de honor. ¡Quien traiciona se muere!
* “Como si no bastara con los infames “Operativos de la Muerte” que realizan los Municipios, ahora la Guardia Nacional, creada para salvaguardar a los mexicanos, se encuentra en el ojo del huracán por un sistemático abuso contra conductores”.
Una de las causas, motivos y razón del origen del imparable crecimiento de la inseguridad y violencia en México y Oaxaca es la prostitución de las fuerzas armadas y de las policías.
La corrupción, complicidad y traición de militares y policías con el crimen organizado y los cárteles del narcotráfico, es uno de los principales detonantes de la violencia. Por eso, los ejecutan.
La creciente espiral de inseguridad y violencia, se agrava exponencialmente por la escandalosa corrupción, complicidad y traición de gobernantes, políticos, funcionarios e, incluso, empresarios.
Los principios y valores éticos de militares y policías mamados en su formación, se perdieron en su funcionamiento y operación. Andrés Manuel López Obrador los corrompió para destruirlos.
A diferencia de militares y policías corrompidos por el gran poder corruptor del crimen organizado y los cárteles del narco estos mantienen plenamente vigente el respeto a su código de honor.
Desgarra el alma y el espíritu, la mente y el corazón, reconocer, no admirar, porque el mal no se debe admirar que, salvo cada vez menos honrosas excepciones, los más honorables son los narcos.
Esta desoladora reflexión nace al confirmarse, una vez más, la escandalosa corrupción de dos elementos de la Guardia Nacional que el oficialismo busca que sustituya a las fuerzas armadas.
Urge la intervención de la Presidenta Claudia Sheinbaum, del General Secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla Trejo; del Almirante Raymundo Morales Ángeles, Secretario de la Armada Marina.
El paisano Morales Ángeles está doblemente obligado a velar por la seguridad de Oaxaca y evitar abusos, al igual que el General, Hernán Cortés Hernández, Comandante de la Guardia Nacional.
Hasta ahora la corrupción, complicidad y traición de militares y policías, es un factor poco observado que contribuye a explicar el germen de la creciente inseguridad y violencia en el país.
Educado integralmente en las viejas y sabias instituciones nacionales jesuitas y patriotas, es lamentable y doloroso reconocer que atrás quedaron los principios de Honor, Lealtad, Valor.
Formado en el Honor, Lealtad y profundo respeto a Dios y la Patria, dispuesto a matar y morir, aprendimos que el único límite es el Cielo, al nacer a la eternidad en el cumplimiento del deber.
Para los educados como monjes y soldados, no hay muerte más gloriosa que regar con su sangre la lucha por un mundo, México y Oaxaca mejor, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Por su trascendencia político-social, local y nacional, publico la denuncia en las benditas redes sociales, convertidas en maldición para los corruptos. Ignoro el nombre de su autor para dar el debido crédito.
“¡Escándalo en Oaxaca!: La Guardia Nacional, señalada por operar un sistema de extorsión contra conductores”.
“Como si no bastara con los infames “Operativos de la Muerte” que realizan los Municipios, ahora la Guardia Nacional, creada para salvaguardar a los mexicanos, se encuentra en el ojo del huracán por un sistemático abuso contra conductores”.
“Según denuncias, algunos elementos no solo extorsionan a los ciudadanos, sino que cuentan con una red organizada de informantes que colabora en sus ilícitas actividades”.
“Un taxista de Oaxaca alzó la voz tras sufrir un abuso el pasado 1 de enero de 2025. Según su relato, mientras entraba al Valle de Mitla por Unión Zapata, fue detenido por dos patrullas de la Guardia Nacional, marcadas con los números 18400 y 23196. Los agentes involucrados fueron un hombre y una mujer identificada como la comandante Miriam, conocida también por el sobrenombre de Francisco”.
“Me observaron y me dijeron que me bajara”, relata el taxista, quien asegura que fue acusado de no respetar la supuesta norma de no salir a más de 30 kilómetros del centro de Oaxaca. Pero lo más alarmante llegó después: los agentes le informaron que la multa sería de 70 mil pesos, pero que, en un acto de “buena voluntad”, podían reducirla a 35 mil pesos”.
“Cuando el taxista solicitó que le entregaran la multa formal, los agentes se negaron rotundamente y, con tono despectivo, le dijeron: “La neta nos diste lástima, danos 5 mil y vete”.
“El denunciante asegura que durante el tiempo que estuvo detenido, presenció cómo los mismos elementos extorsionaron al menos a tres vehículos más”.
“Además, señala que existe un sistema de colaboración entre los agentes y un hombre conocido como Ciro, quien se dedica a ser guía turístico y a informar a la Guardia Nacional sobre los taxistas que pueden extorsionar y que transportan pasajeros extranjeros”.
“Ya no me siento seguro”, expresó el afectado, quien teme represalias, pues asegura el otro acompañante de la comandante dijo que aguas y su gremio reaccionaba por qué nos empezaría a ir peor”. Es indignante la forma en que nos tratan, despectivamente, como si no tuviéramos derechos”.
“Este caso no solo evidencia un presunto abuso sistemático, sino que plantea una grave pregunta: ¿En manos de quién está la seguridad de los mexicanos? Parece que los ciudadanos ya no solo deben cuidarse de los delincuentes comunes, sino también de quienes, en teoría, deberían protegerlos”.
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