El anacrónico régimen estalinista de Corea del Norte vuelve a las andadas tras el estrepitoso fracaso de su último cohete, que en teoría podría ser capaz de golpear las costas de Alaska pero se estrelló un par de minutos después de ser disparado el pasado 13 de marzo. Este miércoles, Pyongyang ha redoblado sus amenazas aprovechando otra más de las innumerables celebraciones propagandísticas que pueblan el calendario «Juche», la particular filosofía comunista alumbrada por el padre de la patria y «Presidente Eterno», Kim Il-sung.
Con motivo del 80 aniversario de la fundación del Ejército, el jefe del Estado Mayor, Ri Yong-ho, ha asegurado que Corea del Norte dispone de «poderosas armas modernas que pueden derrotar a los imperialistas de Estados Unidos de un solo golpe». Según informa la agencia Ap, el vicemariscal alardeó así ante oficiales del Ejército y cuadros del Partido de los Trabajadores durante un encuentro en la Casa de la Cultura 25 de Abril de Pyongyang.
¿Amenaza real o fanfarronería? Desde que el nuevo dictador, el joven Kim Jong-un, quedara en evidencia por el fallido lanzamiento del cohete, los analistas y servicios secretos de EE.UU., Corea del Sur y Japón temen que ordene otro ensayo nuclear para compensar dicho fracaso y protagonizar una nueva demostración de fuerza. Tras las pruebas de 2006 y 2009, sería la tercera detonación de una bomba atómica en este paupérrimo país donde sus 23 millones de habitantes sobreviven a duras penas con cartillas de racionamiento. Además, ambos ensayos vinieron precedidos por sendos lanzamientos de misiles que provocaron la repulsa internacional y nuevas resoluciones de condena en el Consejo de Seguridad de la ONU. Imágenes tomadas por satélite, que muestran la excavación de un nuevo túnel cerca de los lugares donde se llevaron a cabo las otras dos pruebas, parecen confirmar estas sospechas
ABC