A partir de la experiencia del viejo régimen priísta, todo presidente de la república y gobernador tiene un tiempo político de fuerza institucional de un año para definir rumbo, mantener beneficios y ofrecer resultados.
De ahí que el mitin del pasado 1 de julio carezca de significado real: reforzó la idea de que el presidente López Obrador mantiene una aprobación al margen de resultados negativos. A diferencia de otros presidentes, López Obrador basa su fuerza en un liderazgo personal determinado por estar y no por hacer; se trataría del modelo que tipo Norman Mailer ante el presidente John F. Kennedy: “el héroe existencial”, donde la existencia precede a la esencia; estar y no hacer.
La popularidad del presidente López Obrador está basada en la existencia de una basesocial mayoritaria dominada por el resentimiento ante la corrupción sistémica de los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto y las cifras de marginación, pobreza, desempleo y deterioro social.
Pero al terminar el primer año calendario de gobierno, la nueva administración tendrá que cargar con cuando menos tres referentes básicos: el PIB anual, las cifras reales de empleo y la inseguridad. En descargo del actual gobierno, ninguna administración había tomado el poder en condiciones tan gravosas, con fuerzas sistémicas posicionadas en redes sociales y con una agenda ambiciosa. Pero López Portillo y De la Madrid, en su primer año, construyeron una alianza estratégica para la economía.
Al margen de las otras cifras, las reales indican que el PIB de 2019 será de 0.5%, poco menos, poco más, y que en el 2020 será menor a 1.5%. La meta gubernamental de 2% en 2016 y llegar a 6% en 2024, con un promedio anual sexenal de 4% es viable, pero requiere de condiciones hasta ahora no cumplidas; los Criterios Generales de Política Económica para 2019 prevén un PIB promedio anual de 2.5% en 2019-2024, no de 4%. El objetivo gubernamental se puede lograr con una gran revolución en el modelo de desarrollo que tendría que pasar por la desregulación del Estado, la reconversión industrial y una agresiva educación científico-tecnológica…, que no está en el radar del lopezobradorismo.
La tasa de empleo es más crítica de lo que revelan las cifras oficiales y se centra en el 57% de la población laboral en condiciones de informalidad. Los programas de subsidios directos a jóvenes tendrán que impactar en el empleo formal. México desaprovechó el desafío del Tratado de Comercio Libre de Norteamérica al centrarse en el modelo maquilador, dejar de apoyar a la empresa privada, liquidar la industria de bienes de capital y frenar la industrialización agropecuaria y permitir que el componente nacional en productos de exportación bajara de 59% en 1993 a 39% en 2017.
La parte más importante será seguridad/inseguridad. Con regateos, el congreso le dio al presidente de la república todo el paquete de seguridad. Sin embargo, la estrategia gubernamental se basa en Guardia disuasiva, acuerdo con los cárteles para la rendición y entrega de armas y una conferencia de paz para afianzar la estabilidad. Los primeros seis meses de gobierno dieron resultados adversos a esa estrategia: aumento de 17% en homicidios dolosos y en general mayor delincuencia. La inseguridad llegó a un punto en que requiere de una estrategia represiva para parar a delincuentes, replegarlos y obligarlos a negociar.
El mitin del primer año de victoria tuvo el espacio de bono político para administrar resultados y expectativas. El cruce de las coordenadas de resultados con las de la crítica aún beneficia al gobierno. Por el perfil caudillista personal del presidente de la república, el bono pudiera extenderse, menguado pero efectivo, otro año más. El año de la realidad-real será el 2021 con las elecciones legislativas y sin la fotografía del presidente López Obrador en las boletas porque –si acaso se aprueba– la revocación de mandato será hasta diciembre de 2021. Y como se ven las cosas, Morena ha fracasado como partido político del gobierno y como partido político con autonomía relativa del poder ejecutivo.
Para el primer año formal, el gobierno lopezobradorista tendrá que dar resultadostangibles, no expectativas justifictorias.
Sinaloa pasa examen de ASF. En los resultados de la fiscalización de la cuenta publica 2018 que entregó el Auditor Superior de la Federación al Congreso, Sinaloa logró el primer sitio en la limpieza y transparencia en el ejercicio de fondos federales: sólo el 0.1% del total de 11 mil 436 millones de pesos federales ejercidos quedó en observación. En lenguaje político, Sinaloa fue de los estados que mejor resultados entregó en uso transparente de recursos federales, en tanto que Nayarit quedó en primer lugar de irregularidades con 22% y un promedio nacional de 5.7%. De ahí el buen humor del gobernador sinaloense Quirino Ordaz Coppel porque fue el mejor calificado en manejo de recursos públicos.
Política para dummies: La política es el timing del poder; y sus circunstancias son temporales.