Mucho daño ha hecho a la nación mexicana la simulación, a través de las imitaciones extralógicas, empezando por el diseño constitucional de los Estados Unidos Mexicanos como federación, cuando en realidad somos una confederación.
Por tanto, resulta sumamente trascendente que por las razones que sean incluyendo la confrontación grupal al interior del Poder Judicial del Estado, finalmente se haya tomado la decisión de desaparecer el Consejo de la Judicatura.
Para uncir a México al yugo del Nuevo Orden Mundial (NOM), se ha impuesto el “way of life”, sobre todo, a los jóvenes ambiciosos, llevándoles a estudiar a sus universidades como lo prescribió el Secretario de Estado, Robert Lansing.
El también embajador de Estados Unidos en nuestro país, sentenció que para conquistar México sin disparar una sola bala bastaba con llevarse a sus jóvenes ambiciosos a estudiar a sus universidades para que adquirieran el estilo de vida americano.
Pero el estilo de vida americano, se extrapola también, a través del modelo de justicia sajón del Nuevo Sistema de Justicia Penal, mediante los juicios orales, que ha sido un rotundo fracaso, entre otras imitaciones totalmente extralógicas.
Con la terminación aparente de la Guerra Fría sobrevino la supuesta muerte de las ideologías. En realidad, la lucha de los imperios capitalista y socialista-comunista-populista continúa en el mundo, especialmente en América Latina.
El resurgimiento del capitalismo salvaje en la globalización y el socialismo populista, es el avance más acabado de la imposición del Nuevo Orden Mundial que explota y esclaviza por poder y dinero a millones de seres humanos.
Los plutócratas financieros globales utilizan a los socialistas populistas, comunistas y a los anarquistas, entre otros grupos subversivos, para provocar desorden y conflicto social permanentes, como ocurre en la mártir Oaxaca.
La estrategia más exitosa del “Novus Ordo Seclorum” o Nuevo Orden de los Siglos, es mantener a la mayoría de los habitantes del mundo en la ignorancia, la miseria y la división y enfrentamiento constantes, como ocurre en Oaxaca desde hace casi medio siglo.
Ello explica el prefabricado y artificialmente prolongado conflicto magisterial, que dura ya 39 largos años. La Sección XXII de la CNTE ha hundido a millones de oaxaqueños en la ignorancia y la miseria, el ambulantaje, taxismo y mototaxismo.
Además, de manera genialmente perversa el conflicto magisterial mantiene permanentemente divididos y enfrentados a los oaxaqueños. Marchas, bloqueos de calles y carreteras, toma de edificios y vandalismo, son el detonante cotidiano.
El Consejo de la Judicatura es una institución típicamente española; ahí se justifica porque el Poder Judicial Español es único y El Consejo Judicial Español se encarga de atender todas las cuestiones administrativas que se generan y los Ministros del Tribunal Supremo se dedican a la función Jurisdiccional.
Considerando la experiencia anterior y tomando en cuenta que en México los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ocupaban la mayor parte de su tiempo en atender y resolver problemas de índole administrativa, descuidando su función jurisdiccional, se creó el Consejo de la Judicatura Federal para atender todo tipo de problemas administrativos.
Ello ocurrió a iniciativa del Presidente Ernesto Zedillo, se redujo el número de Ministros de la Corte y dejó a los Ministros la atención exclusiva de los asuntos jurisdiccionales. Es evidente que en virtud del número de empleados del Poder Judicial de la Federación y los problemas administrativos que generan, se justifique a nivel federal la creación del Consejo de la Judicatura.
Siguiendo, como siempre, la tendencia federal, en los Estados de la República Mexicana se empezaron a crear esos Consejos. El Poder Judicial de Oaxaca se resistió a crear el Consejo habida cuenta que su creación no se justificaba.
Con el Personal que implicaba la implementación del Consejo, el Poder Judicial del Estado, se convertiría en un Tribunal obeso, los recursos financieros para su sostenimiento serían cuantiosos y afectarían las finanzas del Estado.
No obstante lo anterior, a inicio de la Administración gubernamental de Gabino Cué Monteagudo, se presentaron varias iniciativas, entre ellas la creación del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Oaxaca; una idea propuesta por un asesor externo del entonces Gobernador de Oaxaca.
El Poder Judicial del Estado rechazó, por conducto de sus Magistrados, tal idea, se habló con e! Poder Legislativo para que no se admitiera; sin embargo, y cómo era orden del Gobernador se creó el Consejo de la Judicatura.
La creación del Consejo en el Estado no tiene justificación en primer lugar porque los empleados que integran el Poder Judicial, sindicalizados y de confianza, no son tan numerosos como los de la
Federación.
Asimismo, los problemas administrativos que se generaban en épocas anteriores a la existencia del Consejo fueron atendidos oportunamente y con celeridad por el staff administrativo adscrito a la Presidencia del Tribunal, siempre había sido así y nunca hubo problemas que no se resolvieran.
Los Magistrados del Tribunal no distraían sus funciones jurisdiccionales, consecuentemente las causas que generaron la creación del Consejo de la Judicatura Federal, no se daban en Oaxaca y, por tanto, no había necesidad de crear el Consejo de referencia.
Con la creación del Consejo se generó la existencia de un poder dentro de otro poder; en un principio, los Consejeros querían revisar las resoluciones de los Magistrados, como ello no les fue permitido, se dividió la estructura administrativa del Poder Judicial.
Actualmente, y por efecto de la creación del Consejo existe un organismo administrativo del propio Consejo y otro del Tribunal; hay actualmente un Secretario General de Acuerdos común al
Pleno, a las Salas y a la Presidencia del Tribunal, que se encarga de todas las cuestiones administrativas del Tribunal y un secretario Técnico del Consejo, que se encarga de todas las cuestiones administrativas del resto del personal (jueces, secretarios judiciales, personal sindicalizado); lo que resulta absurdo totalmente.
Existen en el organigrama del Consejo dos consejeros: uno representando al Poder Ejecutivo y otro al poder Legislativo; no se sabe cuál es la razón de que existan esos representantes de los otros poderes en el organigrama del Poder Judicial.
Cuando se pidió al experto (Dr. Jorge Islas, promotor de esas reformas constitucionales) que explicara las razones de la injerencia de los otros poderes en el Judicial, dijo que una vez habiendo sido designados esos Consejeros, dejaban de representar al Poder Ejecutivo y al Legislativo, se le dijo al experto que no era racional la explicación, sin embargo se creó el Consejo
Desde su creación, el trabajo del Consejo no ha generado ningún beneficio para el Poder Judicial del Estado ni para la sociedad; el trabajo del Consejo bien lo podrían hacer las Direcciones adscritas a la Presidencia del Tribunal, como siempre ocurrió.
El Consejo, una vez instituido, aumentó considerablemente la nómina, lo que se gasta en salarios de todo el personal que lo integra, los recursos materiales que ocupa, son excesivos; “engordan” la nómina en detrimento de la atención financiera que se necesita en otras áreas jurisdiccionales y administrativas del Poder Judicial.
En conclusión, no existieron ni existen razones suficientes más que el capricho del gobernador Gabino Cué y del entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado que justificaran la creación y que justifiquen el mantenimiento del Consejo de la Judicatura Local.
Se dijo, en su momento, que lo era para elevar la calidad de la administración de la justicia estatal; sin embargo, a más de cuatro años de su creación, en la práctica ello no ha sido así, a tal grado que su actuación ha sido fuerte y constantemente cuestionada, no solo por los Jueces y Magistrados del Pleno del Tribunal Superior de Justicia, sino también por el foro de abogados oaxaqueño, ya que no se han alcanzado los fines que, según se dijo “justificaron” su creación.
Prueba de ello han sido las erróneas decisiones y acuerdos tomados por el actual Consejo de la Judicatura, como son, entre otros muchos, la ineficaz creación de la Central de Actuarios y la errónea reforma a la normativa (administrativa y jurisdiccional) del sistema acusatorio, a grado tal, que en este último aspecto, nuestro Estado ha sido ubicado en el lugar número 24 a nivel nacional, después de haber sido el primero.
La Comisión de la Carrera Judicial del Consejo de la Judicatura, no atendió al aspecto de la formación y capacitación de los jueces, y la Comisión de Disciplina solo se ha ocupado de la revisión física de los expedientes pero nada hace para valorar al desempeño de los jueces.
No hay bases o criterios objetivos para remover o adscribir jueces: todo se hace con criterios de conveniencia subjetiva. En consecuencia, el Poder judicial del Estado, estaría mucho mejor sin el multicitado Consejo de la Judicatura.
@efektoaguila