14:36 Miles de palestinos, algunos de grupos rivales acérrimos, marcharon el sábado en Gaza en una muestra poco frecuente de unidad para conmemorar los 62 años que han vivido desplazados tras la guerra árabe-israelí de 1948.
Cientos de miles escaparon o fueron expulsados durante la guerra, tras la cual se creó Israel. Los palestinos la denominan la “catástrofe” o “nakba” en árabe.
Los asistentes a la marcha del sábado trataron de superar sus divisiones internas, al menos durante un rato, para protestar juntos.
Los gobernantes locales, del partido Hamas, invitaron a la marcha a sus rivales del movimiento Fatah, que gobierna Cisjordania, en un gesto poco común desde que el grupo extremista islámico tomó Gaza y expulsó a las fuerzas de su rival en junio del 2007.
Los manifestantes agitaban banderas palestinas y cargaron una llave gigantesca para simbolizar la esperanza del regreso a sus tierras. Los nombres de las poblaciones y ciudades que fueron vaciados durante la guerra estaban escritos en la llave, junto a la leyenda: “Regresaremos”.
Aproximadamente 4.7 millones de refugiados palestinos y sus descendientes viven esparcidos por Cisjordania, Gaza, Líbano, Jordania y Siria, de acuerdo con Naciones Unidas. Una tercera parte de ellos aún viven en campamentos de refugiados de la ONU.
El tema de los refugiados, que tuvieron que huir o fueron expulsados de sus hogares en 1948, es uno de los que tiene una carga más emotiva en el conflicto entre palestinos e israelíes.
Los negociadores palestinos han exigido al menos una repatriación parcial. Israel se niega a ceder a esa exigencia, pues asegura que un regreso masivo de refugiados diluiría la mayoría judía en el país y pondría en peligro la existencia del estado judío.
En años anteriores, diferentes facciones palestinas organizaron sus propios actos conmemorativos, lo que subrayó su incapacidad de trabajar juntos en temas cruciales.
El sábado no hubo discursos políticos, en una clara manifestación de las diferencias ideológicas fundamentales entre Hamas y Fatah.
Asimismo se pidió a los participantes que no enarbolaran banderas de sus partidos. Sin embargo, algunas mujeres de Fatah lograron superar esta prohibición al portar en la cabeza pañuelos amarillos, del color de su movimiento.
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