19:27 La policía de Bolivia decomisó a una anciana quechua 2 mil 300 cartuchos de dinamita en la ciudad sureña de Sucre, que supuestamente pertenecían a una red de traficantes de explosivos, informaron hoy fuentes oficiales.
El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, dijo en una rueda de prensa en Sucre que, además de la dinamita, se decomisó en la casa de la anciana 124 bolsas de “anfo”, una sustancia que permite multiplicar el alcance de las explosiones.
Según datos policiales, esta cantidad de explosivo podría afectar hasta quince barrios en caso de ser usada.
Un jefe policial indicó además que en la casa de la anciana, situada cerca del aeropuerto de la ciudad, también había nueve cajas de mecha lenta, tres rollos de cable para explosivos, tres cajas de cápsulas con detonantes y otro material para explosiones.
Según el jefe policial, la anciana, que sólo habla quechua, era la cuidadora de esta casa que no tiene condiciones para ser un depósito de explosivos, y aún se investiga quiénes son los propietarios de la misma.
El ministro Llorenti agregó que en Sucre no hay actividad minera como en la vecina Potosí, por lo que no se justifica la existencia de ese material en esa ciudad, capital constitucional de Bolivia.
Explicó que se hicieron varios operativos para decomisar explosivos y se ha desbaratado una o varias redes de tráfico de la dinamita.
Llorenti sostuvo que la policía investiga cuáles son los fines de la dinamita en la capital boliviana, pero insinuó que este descubrimiento puede estar relacionado con los movimientos opositores de Sucre que han iniciado protestas contra el gobierno.
La confrontación política volvió a hacerse patente en Sucre después de que la semana pasada el alcalde opositor Jaime Barrón, elegido en las urnas en abril pasado, fuera suspendido de su cargo por los concejales del partido del presidente Evo Morales.
Un cabildo de ciudadanos de Sucre exigió el martes que Barrón se mantenga en el cargo y desconoció a la alcaldesa interina Verónica Berríos, del oficialismo, que fue nombrada para el reemplazo.
EL UNIVERSAL
