El presidente Sebastián Piñera anticipó este martes que a las 20.00 horas (23.00 gmt), se iniciará el rescate de los 33 mineros atrapados hace 69 días en el fondo de un socavón.
El rescate va a durar entre 24 y 48 horas” dependiendo de la velocidad con que los trabajadores puedan ingresar a la cápsula que los debe devolverlos a la superficie y de que no se registren problemas con la jaula.
Añadió que esperamos que el primer rescatado llegue “antes que termine este día, quizás antes de que se ponga el sol”.
“Esta historia comenzó como una posible tragedia y esperamos que en unas horas más culmine como una bendición”, añadió.
Piñera, que incluso anticipó quien será el primer minero en salir del fondo del cerro: “probablemente tenga el apellido Avalos”, dijo. En el grupo de atrapados hay tres personas de apellido Avalos. Pero se cree que Piñera aludía Florencio Avalos, un minero experimentado y fuerte que podría brindar valiosa información sobre los detalles del ascenso en la cápsula de acero.
“Siento que la fe ha movido montañas, la fe de los mineros, de los familiares, de los rescatistas, del gobierno”, agregó.
El mandatario señaló que estará al borde del túnel, esperando desde el primero al último de los mineros. Agregó que el presidente de Bolivia, Evo Morales, llegará a Chile durante la madrugada del miércoles para recibir a su compatriota Carlos Mamani, el único de los extranjeros atrapados.
Piñera habló con decenas de periodistas en la mina, junto a su esposa, Cecilia Morel.Dijo que permanecerá junto al túnel cavado para el rescate hasta que los 33 mineros estén en la superficie.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que la cápsula o jaula que debe izar uno a uno los mineros, bajará al socavón a unos 70 centímetros por segundo y subirá a un metro por segundo, o hasta un máximo tres metros por segundo. La velocidad será según se necesite o el minero pida.
Bajar la cápsula y subirla con el minero podrá demorar una hora y si en la subida el hombre sufre un ataque de pánico, “la respuesta es acelerar” la velocidad, dijo. Al aproximarse cada minero a la salida se encenderá una luz y sonará una sirena durante un minuto para que los equipos médico y de rescate se alisten para recibirlo.
“Cada vez que un minero esté por asomar, cada vez, por así decir, que la mina esté en trabajo de parto, y vaya a dar a uno de estos ‘niños’ a luz…va a activarse lo que llamamos una ‘clave G’, por Genésis, con la luz y la sirena”, dijo Mañalich.
El ministro de Minería, Laurence Golborne, en rueda de prensa más temprano no aclaró si la prensa podrá ver a salida del hombre de la cápsula pero Mañalich había dicho que desean preservar la privacidad del minero en caso de que al llegar se sienta mal, por lo que su salida de la jaula estará cubierta con un biombo o túnel de plástico.
La cápsula de acero de 53 centímetros de diámetro está pintada en blanco, azul y rojo, los colores de la bandera chilena. En su interior lleva tres tanques de aire comprimido, con 40% de oxígeno y 60% de nitrógeno.
La ansiedad y el nerviosismo cundían en el Campamento Esperanza, donde centenares de familiares y más de 2.000 periodistas de todo el mundo esperan el inicio del rescate.
En el cerro, sobre la mina San José, 850 kilómetros al norte de Santiago, se ultiman los detalles del aparataje que sostendrá la cápsula que descenderá 622 metros.
La información oficial señaló en la víspera que los mineros serían izados a partir de la medianoche, pero Golborne dijo que los tiempos se han adelantado.
Ya se ultiman los detalles para montar la polea alemana, con un cable que evita giros, y que sostendrá la cápsula.
Son tres las jaulas preparadas para el rescate, una para izarlos y las otras de respaldo ante cualquier eventualidad. Se llaman Fénix en alusión al ave mitológica que renació de las cenizas. Pesa alrededor de cuatro toneladas y tiene 54 centímetros de diámetro.
La Fénix descenderá hasta un taller cercano al refugio y sala de comidas donde han permanecido los trabajadores desde el pasado 5 de agosto, cuando un derrumbe a unos tres kilómetros de la entrada atrapó a los 33. El refugio está a 700 metros de profundidad y los mineros llegan a él caminando por una galería.
Las labores de rescate se iniciaron al día siguiente del accidente, pero un nuevo derrumbe terminó con la posibilidad de sacar a los mineros por los ductos de ventilación.
Los mineros ya están sometidos a una dieta especial que consiste en una sobre hidratación, para evitar que durante la subida puedan vomitar.
Primero descenderán dos rescatistas, uno minero y otro enfermero, que decidirán entre los 4 ó 5 más hábiles, quién será el primero en ser rescatado para que informe a la superficie durante el ascenso de cualquier detalle o problema que podría producirse, para que el equipo de rescatistas lo subsane y evitar dificultades a los que vendrán detrás.
Luego serán liberados de su tumba de roca viva los más débiles, incluidos los enfermos crónicos. Este grupo está formado por 10 mineros que presentan diabetes, hipertensión, problemas respiratorios de vieja data, infecciones dentales y a la piel. Los últimos serán los más fuertes, capaces de soportar la ansiedad de esperar quizás más de un día y medio. Luego de ser estabilizados, durante unas 2 ó 3 horas, serán trasladados al hospital de Copiapó, 50 kilómetros al oeste.
La ciudad se apresta a recibir a los que ha llamado “los héroes el Bicentenario”. Chile conmemoró 200 años de independencia en septiembre.
El alcalde Maglio Ciccardini firmó un decreto que establece el embanderamiento de la ciudad, y otro que suspende las clases en los colegios municipales el miércoles para que los estudiantes, profesores y sus familias “en el calor del hogar, puedan observar el rescate”.
Se e han preparado celebraciones masivas para cuando el último de los 33 salga del fondo de la mina. En la Plaza de Armas se montó una pantalla gigante que transmitirá en directo el rescate. Otra pantalla se instalará en un parque cercano al hospital.