* En los 80 la Dirección Federal de Seguridad (DFS) al mando de Tomás Morlet aseguró un camión torton cargado de droga en Tuxtepec, propiedad de Juan Vasquez Colmenares, hermano del entonces gobernador.
* La oaxaqueña Rosalía Isabel Moreno Ruiz, Magistrada del Primer Tribunal Colegiado en Jalisco, elaboró en 2013 la sentencia que liberó a Caro Quintero. No hay crimen en México en el que no estén involucrados oaxaqueños.
La recaptura del “narco de narcos” Rafael Caro Quintero tiene lecturas y consecuencias, políticas, económicas y sociales, graves. La traición a la Patria de presidentes, gobernadores y funcionarios, y su complicidad con el narcotráfico.
La oaxaqueña Rosalía Isabel Moreno Ruiz, Magistrada del Primer Tribunal Colegiado en Jalisco, elaboró en 2013 la controvertida sentencia que liberó a Caro Quintero. No hay crimen en México en el que no estén involucrados oaxaqueños.
En el caso de Caro Quintero, la magistrada propuso y se aprobó su exoneración por la muerte de Camarena Salazar y el piloto Alfredo Zavala Avelar y se anularon otros cargos por homicidio, secuestro, narcotráfico y asociación delictuosa.
Estimó en su controvertido proyecto de sentencia aprobado que Caro Quintero tuvo que ser juzgado en el fuero local y no federal por el caso Camarena, pues pese a ser agente de la DEA no estaba acreditado como personal diplomático en México.
El operativo de recaptura de Caro Quintero se ejecutó dos días después de la reunión en Washington de López Obrador con Joe Biden. Seguridad, tráfico de armas, además de la crisis migratoria, fueron los asuntos principales.
Tras la recaptura de Caro Quintero, otro “objetivo prioritario” es Manuel Bartlett, director de la CFE, ex Secretario de Gobernación, involucrado en el secuestro, tortura y asesinato de Kiki Camarena, ya que la DFS, dirigida en Guadalajara por Tomás Morlet, dependía de él.
Con la llegada de Tomás Morlet Bohórquez a Oaxaca como delegado de la DFS y Jaime Palencia a la dirección de la Policía Judicial del Estado, se pudrió la seguridad al apoyar al narco e hicieron adictos a la cocaína a gobernantes, políticos, funcionarios y empresarios, incluyendo a editores.
Con la exitosa recaptura de Rafael Caro Quintero se salda una de las deudas pendientes de México con la Casa Blanca. “Un objetivo prioritario para ambos gobiernos, destaca la Marina, que es más confiable para EU que el Ejército.
El fiscal general, Merrick Garland, ha insistido en que el arresto supone “la culminación de un trabajo incansable de la DEA y de sus socios mexicanos”. “No hay escondite posible para quien secuestre, torture y asesine a un agente estadounidense”, indica el comunicado.
México se empezó a ir al rancho presidencial La Chingada, con la terrible equivocación del oaxaqueño renegado Gustavo Díaz Ordaz Bolaños, al imponer como presidente al primer populista mesiánico.
Para ser presidente, el tlacoluleño, cuya acta fue arrancada del Libro de Nacimiento por el entonces Juez Mixto de Tlacolula, Ricardo Herrera Muzgo, para hacerse originario de Chalchicomula, Puebla.
Pero con todo, y la gravedad de esa decisión, fue peor la traición a la Patria de Gustavo Díaz Ordaz Bolaños, al saber perfectamente bien que Luis Echeverría Álvarez era agente de la CIA, con clave Litempo 2.
Documentos desclasificados en 2017, revelados por Philip Agee, al igual que su antecesor Adolfo López Mateos, Díaz Ordaz, fue reclutado por la CIA, con la que colaboró bajo la clave Litempo-23.
Al trepar al poder presidencial, el arribista Echeverría, gris burócrata, detonó el fortalecimiento del control del narcotráfico en el sur de Jalisco por su suegro José Guadalupe Zuno Hernández, ex gobernador de Jalisco.
Durante el gobierno de su yerno Echeverría, José Guadalupe Zuno Hernández fue secuestrado el miércoles 28 de agosto de 1974, uno de los tantos casos por grupos guerrilleros de izquierda que se dieron en el sexenio.
En la casa de Rubén Zuno Arce, ubicada en Lope de Vega número 881, en Guadalajara, fue torturado y asesinado en 1985 Enrique Kiki Camarena Salazar por el agente de la CIA de origen cubano Félix Ismael Rodríguez Mendigutia.
Félix Ismael Rodríguez, jefe de inteligencia de la agencia, no solo trabajó por años con la CIA, sino que era la clave de esta con el Cártel de Guadalajara para ingresar droga de Colombia y era quien enviaba financiamiento para la guerrilla en Nicaragua.
El objetivo fue evitar que el agente de la DEA Kiki Camarena denunciara con pruebas la compra de las armas de la contra nicaragüense con el financiamiento del dinero del Cartel de Guadalajara, dirigido por Caro Quintero.
El ex director del Centro de Inteligencia de El Paso, Phil Jordan, afirma que la CIA mandó secuestrar y torturar al agente Camarena de la DEA, e hizo creer que esta acción fue ordenada por el narcotraficante mexicano.
“La CIA mandó levantar y torturar a Camarena, cuando lo mataron nos hicieron suponer que fue Caro Quintero para así tapar todas las cosas ilegales que estaban haciendo”.
Entre 1970 y 1976, cuando Luis Echeverría fue presidente de México, Rubén se vio favorecido en los negocios por ser cuñado del presidente. Se convirtió en el vocal ejecutivo de la Comisión Promotora Conasupo durante todo el sexenio.
En el libro “Los Caciques”, de Carlos Loret de Mola, el líder cañero Jesús González Gortázar señaló a Zuno Arce como socio de los narcos sinaloenses Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo. Avionetas de la Conasupo se habrían utilizado para el tráfico de mariguana.
Miguel Ángel Félix Gallardo y Rubén Zuno Arce fueron detenidos en 1989. A Zuno lo implicaron con testimonios de la policía estatal de Jalisco, con base en esos testimonios, el gobierno de Estados Unidos lo condenó.
El 18 de septiembre de 2012, tras pasar 23 años preso, falleció de cáncer en una prisión de Florida. Tenía 82 años y purgaba cadena perpetua, aunque el gobierno mexicano siempre solicitó su liberación.
Por otro lado, no es nada nueva la presencia de la maña en la Cuenca del Papaloapan, desde la década de los 80 el narcotráfico sentó sus reales. Se apoderó política y económicamente de los principales municipios de la región.
Como en familia, era un secreto a voces que el dinero sucio permeó todos los estratos sociales.
Corrompió a todos. Se hicieron cómplices autoridades federales, estatales y municipales.
Desde entonces son delincuentes de “cuello blanco” algunos presidentes municipales, diputados federales y locales, políticos de todos los partidos, jefes militares y policíacos de toda laya.
A ellos, se suman, gerentes bancarios, empresarios, ganaderos y comerciantes, así como dirigentes sociales, especialmente invasores de tierras, para dedicar estas a la siembra de estupefacientes.
Este y no otro es el móvil de “levantones”, secuestros, extorsiones, pago de piso, atentados y ejecución de algunos de estos distinguidos personajes integrantes de la alta sociedad tuxtepecana.
A lo largo de 42 años, estos personajes, salvo cada vez más escasas excepciones, integran la verdadera delincuencia organizada. Lo sabe la DEA, las Fuerzas Armadas y el Gobierno federal.
Para dimensionar la magnitud y gravedad de este asunto de seguridad nacional, baste recordar que en la década de los 80, en Tuxtepec, fue detenido un torton cargado al tope de marihuana.
La investigación de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) con Tomás Morlet Bohórquez, cómplice del Cartel de Guadalajara, reveló que el cargamento era propiedad de Juan Vásquez Colmenares, hermano del entonces gobernador.
Su tarea era proteger al Cartel de Guadalajara a mediados de la década de 1980. Estuvo directamente involucrado en el secuestro y tortura del agente de la DEA “Kiki” Camarena. Reportaba directamente a El Azul, Juan José de Jesús Esparragoza Moreno.
Irónicamente cruel, como es la realidad de la política mexicana, a Pedro Vásquez Colmenares tocó sepultar los despojos de la DFS y parir al ya también desaparecido Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN).
Desde 1987, informaciones de inteligencia de la CIA de Estados Unidos tenía sospechas que el candidato presidencial por el PRI, Carlos Salinas de Gortari tenía, junto con su hermano Raúl, vínculos con narcotraficantes, en particular con el Cártel del Golfo y con Juan García Ábrego.
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