A cinco años del asesinato de los activistas, Alberta Cariño Trujillo y el finlandés Jyri Antero Jaakkola, con una marcha-calenda, integrantes del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ), demandaron justicia en ambos crímenes ya que hasta el momento aún no han sido capturados todos los autores materiales e intelectuales.
Encabezados por su dirigente, el poblano Omar Esparza Zárate, los manifestantes partieron de la fuente de las “Ocho Regiones”, hacia el zócalo de la ciudad.
La marcha-calenda, amenizada con una banda de música y monos de calenda, no fue una movilización con consignas y pintas, como las acostumbradas por las organizaciones sociales, aunque fue más de protesta.
Sus demandas, justicia, por los arteros crímenes ocurridos en las cercanías de la comunidad de la Sabana, del municipio de San Juan Copala, el 27 de abril de 2010, cuando fue atacada a balazos una caravana de ayuda humanitaria que encabezaban Bety Cariño y el activista finlandés Jyri Jaakkola.
La caravana, que horas antes había partido de Huajuapam de León, a pesar de la reiterada oposición del gobierno del estado y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por permitir ésta movilización que supuestamente llevaría víveres a indígenas triquis del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui Independiente (MULTI).
Bajo su propio riesgo, los activistas llegaron hasta las cercanías de la agencia municipal de la Sabana, en donde un retén sobre el camino los detuvo y al insistir en abrirse, la caravana fue atacada a balazos por un grupo armado, muriendo en el lugar Bety Cariño y el finlandés Jyri Jakkoola.
Esparza Zárate, destacó que hasta el momento la Procuraduría General de Justicia no ha aclarado el doble crimen, a pesar de la insistencia de diversas organizaciones y organismos internacionales que han intervenido para exigir la captura de los demás implicados en éstos hechos sangrientos, ya que hasta el momento solo se ha capturado a tres de los autores materiales.
Agencia JM