Fernando Martínez Gómez y Rufina Espinoza Bautista de 64 y 69 años, respectivamente, son los servidores públicos con mayor edad que lograron concluir su educación básica, con el apoyo del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA) y la Secretaría de Administración del Gobierno del Estado de Oaxaca, a través del Programa permanente contra el Rezago Educativo.
Luego de largas jornadas de estudio, Fernando y Rufina demostraron que la edad no representa un obstáculo para lograr los objetivos personales y laborales. “Se requiere compromiso, voluntad, esfuerzo y dedicación”, aseguran.
En la Dirección de Industria y Minería de la Secretaría de Economía, Fernando Martínez Gómez ha laborado durante más de 28 años y fue durante la administración de Alejandro Murat Hinojosa que sintieron el respaldo a sus necesidades académicas y desarrollo profesional.
“De pequeños no tuvimos esta oportunidad, pero este es el momento de aprovecharla y de responder a la ciudadanía con mejores servicios, a partir de ahora podemos conjuntar la experiencia que hemos adquirido a lo largo de los años con estos nuevos conocimientos”, precisó.
Don Fernando es un trabajador alegre, muy querido por sus compañeros a quienes ha contagiado el ánimo de romper las barreras del conocimiento, un sendero que los hará crecer como trabajadores –señala- y continuar sirviendo de manera eficiente a Oaxaca.
Las bondades del Programa Permanente contra el Rezago Educativo permiten que personas adultas mayores mejoren sus capacidades laborales e incluso personales, un ejemplo de ello es Rufina Espinoza Bautista, trabajadora de Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO).
“Ahora puedo compartir tiempo de estudio con mis nietos, ellos me preguntan sobre sus tareas escolares y yo ya puedo ayudarles”, expresó.
Doña Rufina trabaja en el área de mantenimiento de CAO desde hace 18 años, en su rostro se dibuja una sonrisa al recordar su recorrido en este programa donde inició sus estudios de primaria pero no conforme con ello ingresó a la secundaria.
Reconoce que equilibrar sus tareas en el hogar, trabajo y escuela fue un trayecto difícil pero con el apoyo de sus asesores, familia y compañeros de trabajo logró superar cada reto académico, con la firme convicción de ver cumplida una meta más de vida.
Fernando y Rufina han demostrado que la edad no es un impedimento para alcanzar las metas trazadas, junto a 12 compañeros más han cambiado el rumbo de sus vidas al participar en el Programa Permanente contra el Rezago Educativo. Son ejemplo de perseverancia y esfuerzo que nutren a la Administración Pública Estatal.