A lo largo de nuestra vida, vamos conociendo a personas con diversas características, ideas, principios, valores y aspiraciones. Se trata de esas cosas que nos hacen diferentes y lo que a su vez nos vuelve únicos. En ese trayecto uno registra satisfacciones y decepciones, soliendo suceder que uno se lleva una agradable impresión de alguien que a la distancia parecía antipático o “mal encarado”, pero que al tratarlo se descubre su riqueza espiritual que se refleja en su paz interior. O lo contrario, la decepción de quien se creía era una buena persona por su apariencia, pero que al descubrir sus actitudes, comportamiento o pensamiento descubrimos que no corresponden a la imagen que nos habíamos forjado de él o de ella. Son esas experiencias las que van otorgándonos la madurez y la solidez que como personas necesitaremos a lo largo de nuestra vida.
He redactado toda esta introducción, porque deseo compartir con usted, estimado lector, un escrito que no es de mi autoría, pero que merece ser compartido y porque precisamente uno de los requisitos previo a su lectura es encontrar gente que lo multiplique, acción que hago al reproducirlo con la venia de mi casa editorial. Seguramente al leerlo, irá ubicando personas con nombre y apellido que se asemejan a lo indicado en cada bloque, aunque quizá lo más adecuado será el preguntarnos a qué grupo pertenecemos en razón de nuestros hechos y acciones. He respetado el título y el contenido del mismo. Enseguida el texto al que he hecho referencia.
Al igual que en las matemáticas existen las cuatro operaciones básicas que es sumar, restar, multiplicar y dividir; en nuestra vida vamos a encontrar a cuatro tipos de personas: las que nos suman, las que nos restan, las que nos dividen y las que nos multiplican.
Veamos a los que RESTAN; son aquellas personas que cuando te relacionas con ellos sientes que te han quitado algo, como que te han absorbido energía o te han hecho perder el tiempo. Luego de estar con ellas vas a tener que tener un tiempo para recuperarte porque precisamente te han quitado fuerzas.
Están los que te DIVIDEN, esas personas que cuando te relacionas con ellas sientes que te has dispersado, que te has fraccionado tú y tus ideales; asimismo tus metas y objetivos se han dividido, ya no están ahí; en pocas palabras no sabes por dónde empezar.
Pero también están los que te SUMAN que son aquellas personas que agregan valor a tu vida; estas son las personas que sientes que cuando te relacionas con ellos te dejaron mejor, y te hicieron sentir bien; asimismo nos hacen sentir que nosotros también podemos darle esa suma a otras personas más, es decir darle más valor a las personas que nos rodean.
Por último están aquellas personas que nos MULTIPLICAN, aquellas personas que nos impulsan a saltar a un siguiente nivel, son los verdaderos maestros que como catapulta multiplican la fuerza y energía para ir lo más lejos posible. Son personas que hacen crecer nuestro potencial y energía para dar lo mejor de nosotros mismos, para desarrollar por dentro y alcanzar nuestras metas y sueños.
De igual manera en las matemáticas se dice que los signos iguales suman; menos con menos da más: cuando encontramos gente negativa, que es mal intencionada, chismosa, va a buscar gente como ella para poder ser más entre ellos; lo semejante siempre se atrae.
Pero también más con más, da más: es decir que cuando se junta gente positiva con buenos propósitos e ideales nobles; gente que quiere progresar y avanzar pues siempre van a generar más gente de la misma manera; porque nuevamente lo semejante atrae lo semejante; inclusive hay una cita bíblica que dice “el que se junta con sabios…sabio será; pero si te juntas con necios, igual te volverás”.
Es por ello que si te juntas con lobos aprenderás a aullar; si te juntas con perros aprenderás a ladrar, a morder y quizás te llenes de pulgas; esas mismas pulgas que hacen que mucha gente se esté rascando y llenando de ronchas que son la crítica, el resentimiento y la envidia. Esta gente no solo maltrata al resto sino que demuestra que ella también fue maltratada, es como un circulo del que ellas nunca podrán salir; si entramos en su circulo nosotros quedaremos atrapados en el.
No solo no debemos entrar en su círculo del maltrato sino evitarlo y alejarnos de él; no responder de la misma manera o sea romper el círculo. Imaginemos que una persona nos trae un regalo y nosotros no lo aceptamos; pues el regalo sigue siendo de esa persona; pues bien cuando nosotros no aceptamos ese maltrato ni esos malos sentimientos, eso se queda con esa persona y no nos contamina. Las personas que nos agreden, insultan, critican nos quitan valor a nuestras vidas nos quitan el verdadero precio de nuestro ser; es por ello que esas personas nos menosprecian; que hacer con ese menosprecio, pues al igual que en matemáticas darle lo mismo, menos valor: menosprecio a ese menosprecio; rechazo al rechazo, solo así podremos liberarnos de ello. Debemos de ser libres en nuestro accionar y en nuestra vida, no juntarnos con gente que reste; buscar gente que multiplique que nos ayude a engrandecer nuestro corazón y no a lastimarlo; pero no depender de los demás porque no seríamos libres, de lo contrario estaríamos expuestos a siempre justificar nuestros hechos ante los demás, en lugar de dar ejemplo a los demás; recordemos que un amigo no precisa explicaciones y un enemigo no se las merece.
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