Hoy es el día de la lengua materna. Según los conocedores, dicen que un aproximado de la mitad de las siete mil lenguas que se hablan en el planeta tierra, se encuentra en peligro de desaparecer. Si hacemos cuentas, aproximadamente están en ese riesgo tres mil y feria.
Nuestra entidad oaxaqueña es una de las más ricas del país en términos lingüísticos, sin embargo, hay varias de estas lenguas que por ser menos usadas están casi por desaparecer. Ellas son el chocholteco, el chontal, el zoque y el ixcateco.
El habla, en cualquier lengua, es de las cosas más asombrosas que tenemos los humanos. A través de ella podemos transmitir ideas complejas en el oyente, hasta lograr que éste vea colores, sabores, olores, texturas, emociones. El lenguaje es tan usado por todos nosotros todos los días, que ya no nos detenemos a pensar en él. Lo tenemos en el mismo nivel de importancia que se le tiene al respirar. Lo hacemos simplemente porque lo hacemos.
Durante miles de años el hombre ha buscado la respuesta del origen del lenguaje. Y en cualquier lengua hay dos tipos diferentes de sonidos: los primeros son los que se producen con la vibración de las cuerdas vocales, y los segundos son los sonidos de siseos y leves explosiones provocados por los obstáculos y espacios que el aire encuentra a través de nuestra garganta y boca antes de salir al exterior. Eso es lo mismo en todos los idiomas.
Para llevar a cabo el lenguaje, el cerebro envía las órdenes a todos estos músculos para que se muevan de manera que cada sonido sea emitido sucesivamente tal y como deseamos.
El lenguaje no tendría ninguna razón de ser si no dispusiésemos también, de la capacidad de escuchar esos sonidos y de interpretarlos.
El documento más antiguo que se tiene respecto al lenguaje está en la Biblia. En ninguna parte de ella dice cómo empezó el lenguaje, pero da la impresión de que la existencia de éste es conocido desde antes de la Creación, pues el primer día de la Creación, Dios dijo: ‘Sea la luz’ (Génesis 1:3), y la luz existió. De igual manera, Dios dijo otras cosas y fueron hechas según las decía.
Más adelante nos habla cómo se comunicaba Dios con Adán y Eva. Desde el principio les dijo que debían fructificar y multiplicarse. Por esta referencia se entiende que los seres humanos eran capaces de utilizar el lenguaje desde el principio de los tiempos. Está claro que Adán y Eva compartían la capacidad de comunicarse con Dios, dado que hablaban con Él. Este lenguaje debió usarlo toda su descendencia. Esto me lleva a pensar que el lenguaje original debió ser algo más que unos simples gruñidos y graznidos.
Si yo creyera que provengo del chango, me sería muy difícil explicar esto. Desde luego que el lenguaje original no tenía todas las palabras que hoy usamos, pues constantemente se agregan palabras para nombrar nuevos inventos, descubrimientos y nuevas actividades que hacemos y observamos.
Un niño, sin ningún problema, aprende la gramática de su lengua, sea cual ésta sea, en sus primeros años de vida. Los hijos que tienen una lengua materna diferente a la que habla la sociedad que los rodea, aprenden ambas gramáticas aparentemente con la misma facilidad, a pesar de que al principio les cueste relacionar cada gramática con su léxico. Pero no así con el adulto.
Qué bueno que haya un día para que nos acordemos de nuestra lengua materna. Qué bueno que hoy podemos darnos la oportunidad para asombrarnos de la separación que hay entre el ser humano y el reino animal.
Espero que no sólo este día se hable de la protección de las lenguas, o de la salvaguardia, o de dotar a las personas de las diferentes etnias todos los medios para hacerse oír y para hacerse respetar. Ojalá no sólo hoy.
Cómo se inventaron las lenguas: Horacio Corro Espinosa
Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
Instagram: Horaciocorro
horaciocorro@yahoo.com.mx