Colorado y Washington constituyen hoy los primeros territorios de Estados Unidos que permiten la venta, posesión y el uso de la marihuana como droga.
Según datos preliminares, más del 53 por ciento de los ciudadanos de ambos estados aprobaron en los referendos celebrados la víspera la despenalizacion de la planta, un paso que choca con las leyes federales que la consideran un narcótico ilegal.
Esas propuestas autorizan la tenencia para consumo personal de hasta 28,5 gramos del cannabis para personas mayores de 21 años, además de su comercializacion en tiendas bajo licencia estatal y con el correspondiente pago de impuestos.
Cálculos extraoficiales indican que la legitimación de la venta de la hierba estupefaciente solo en Washington canalizará unos 500 millones de dólares anuales hacia las arcas del norteño departamento por la vía tributaria.
Oregón también sometió a consulta una iniciativa similar, pero sus electores la rechazaron.
Por otro lado, Arkansas vetó una legislación que busca autorizar el cultivo y comercialización de la marihuana bajo recomendación médica para tratar enfermedades como cáncer, glaucoma, SIDA y mal de Alzheimer.
Pero los pobladores de Massachusetts sí dieron luz verde a un proyecto que permite el uso terapéutico de la planta.
El Distrito de Columbia y 17 estados ya adoptaron normas similares.
Estados Unidos es uno de los principales productores y consumidores de la marihuana y su variante transgénica, que cuadruplica los efectos psicoactivos del estupefaciente y, en consecuencia, daña más al sistema nervioso central.
Diversos estudios aseguran que el componente tóxico del último producto conlleva al mal de Alzheimer, provoca grandes alteraciones de la memoria a corto plazo, disminuye la capacidad de aprendizaje y concentración, produce letargo, paranoia y problemas de locomoción.
PL