La declaración de cinco militares, entre ellos un general, sirvió para detener y presentar en la Procuraduría General de la República (PGR) a Ricardo Escorcia Vargas, general de división Diplomado de Estado Mayor en retiro, y para arraigar a los generales Tomás Ángeles Dauahare y Roberto Dawe González, a quienes involucran en la red de protección con que cuenta el cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
Sin embargo, no son los únicos elementos castrenses investigados por presuntamente mantener nexos con integrantes de esa agrupación delictiva, pues la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) solicitó la presentación de otro general de Brigada de Estado Mayor, el cual ya es buscado en todo el país.
Así lo revelaron a MILENIO funcionarios de la PGR, quienes manifestaron que los cinco militares no son los únicos que señalaron a sus superiores, pues se cuenta con el testimonio de un ex secretario de Seguridad Pública estatal que actualmente está sujeto a proceso penal.
También se suman las declaraciones de tres agentes de la Policía Federal y tres testigos colaboradores, entre ellos el que tiene como nombre clave Mateo y que corresponde a Sergio Villarreal Barragán, El Grande, quien fuera el número dos del mencionado cártel del narcotráfico y jefe de sicarios.
Asimismo, destaca el nombre de Roberto López Nájera, con nombre clave Jennifer, quien aseguró al Ministerio Público Federal que los generales recibían dinero que les enviaba Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, por proteger las operaciones de los Beltrán Leyva.
Otro de los denunciantes, añadieron, es el mayor Arturo González Rodríguez, quien formó parte del Cuerpo de Guardias Presidenciales y al que se detuvo en 2008.
Indicaron que esta persona declaró que el general Dawe vendía a la mencionada organización criminal armas que presuntamente pertenecían al Ejército.
Explicaron que aunque la pesquisa fue integrada en 2010, el agente del Ministerio Público Federal adscrito a la Unidad Especializada en Investigación en Delitos contra la Salud de la SIEDO, ya contaba desde 2009 con señalamientos que acusaban a Tomás Ángeles, a Roberto Dawe, así como al general de división Ricardo Escorcia, pero no tenían nada concreto contra ellos.
La investigación, mencionaron, se extendió a 18 estados del país, donde se recabaron 85 testimoniales, mismas que han sido vitales para ordenar el arraigo de Ángeles Dauahare y Dawe González, ya que hay indicios de que tienen ligas con el crimen organizado.
Dejaron claro que en marzo de 2010 comenzaron a surgir las principales claves de este caso, gracias a la detención de operadores y personajes cercanos a los hermanos Arturo y Héctor Beltrán Leyva, El Barbas y El H, respectivamente.
Hasta el cierre de esta edición, el general Ricardo Escorcia Vargas permanecía retenido ante el agente del Ministerio Público Federal de la SIEDO, en calidad de presentado, y su situación ministerial se resolverá en las próximas 48 horas o en su defecto en las próximas 96.
La orden del juez
El juez Primero Federal Penal Especializado en Cateos, Arraigos e Intervención de Comunicaciones, ordenó el arraigo por 40 días de los generales Tomás Ángeles y Roberto Dawe, con motivo de la investigación por delitos de delincuencia organizada, dentro de la Averiguación Previa PGR/SIEDO/UEIDCS/112/2010, iniciada en marzo del presente año, con antecedentes en otras indagatorias de 2009, “entre cuyas evidencias están los testimonios de varias personas procesadas, entre estas, algunos militares”, informó la PGR.
Alrededor de las 16:00 horas, los militares fueron trasladados al Centro de Investigaciones Federales de la PGR, en la colonia Doctores, perímetro de Cuauhtémoc
Por la mañana, Alejandro Ortega Sánchez, abogado de Tomás Ángeles, dijo que la detención de su cliente se derivó de la declaración de “testigos de oídas”, uno de los cuales comentó que el general recibió diversas cantidades de dinero por parte de La Barbie.
Subrayó que dicho testigo tiene el nombre clave de Jennifer, y que hay constancias de que las acusaciones que ha realizado este individuo no han servido para detener a otros personajes porque carecen de sustento.
► Escorcia, del círculo de Galván
Al inicio del sexenio del presidente Felipe Calderón, el general de división retirado, Ricardo Escorcia Vargas, formó parte del primer círculo del secretario de la Sedena, Guillermo Galván Galván.
En diciembre de 2006 fue designado subjefe Administrativo y Logístico del Estado Mayor de la dependencia, y ese mismo mes el general Tomás Ángeles Dauahare asumió la subsecretaría de la institución castrense.
Ya en la recta final de la administración, ambos fueron involucrados, junto con el general Roberto Dawe, en una investigación por presuntos nexos con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva, según la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/112/2010.
De acuerdo con datos de la Sedena, en 2007 Escorcia Vargas, quien entonces era general de brigada diplomado del Estado Mayor, fungía como comandante de la 24 zona militar. Se graduó del Heroico Colegio Militar en 1967 y causó baja del servicio activo el 16 de abril de 2010, por haber cumplido la edad límite, por lo que ascendió a general de división de acuerdo con lo establecido en la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas.
Milenio