“No, esto no puede ser, estos hombres no pueden ser traidores” palabras de Francisco I. Madero horas después del primer golpe de estado intentado por los sublevados Félix Díaz (Sobrino de Porfirio Díaz), Bernardo Reyes, Mondragón, entre otros Generales.
Antes de los levantamientos armados en contra de Madero, miles de señales, rumores e información filtrada, era conocida por los funcionarios de ese gobierno. Mismos que en tiempo y momento se lo hicieron saber al Sr. Presidente, pero la tibieza, desinterés e incapacidad que tanto lo caracterizaba lo llevaron a hacer caso omiso. Se cuenta inclusive que su propio hermano Gustavo le dijo “he venido a tratar de despertarte para salvarte la vida y si te aferras a no obrar, vamos a acabar tu y yo colgados de los arboles del Zócalo; si no estuviera mi vida de por medio, no hubiera venido”, pero la respuesta obtenida fue la misma, no hubo acción alguna.
Me pregunto, si Don Francisco Madero hubiera actuado diferente y tomado cartas en el asunto a tiempo. ¿La historia de México sería diferente?, eso nunca lo sabremos. En medio de la tensión de voz de quien en ese momento mandaba en el país se escuchó después del levantamiento que habían cometido dos grandes errores: “haber querido contentar a todos y no haber sabido confiar en mis amigos”, pero eran tiempos de guerra, de traiciones, de caidillos, de muertes, tiempos que esperemos, no se repitan jamás.
Sin embargo mucho se dice que la vida política es cíclica y da mucha risa darnos cuenta cómo se pueden cometer los mismos errores que hace 100 años, sin necesidad de vivir el mismo tiempo y momento. ¿Cómo se podrían comparar esos momentos de gobierno de Madero, con lo que actualmente pasa en Oaxaca? Y la respuesta es muy simple, porque en esos momentos crudos de nuestro país nos faltó cabeza para afrontar los problemas y retos que se presentaban, al igual que a Oaxaca le falta Gobernador, en nuestro Estado en estos momentos también el Gobierno está lleno de traiciones y complots.
Al igual que sucedió al derrocar a Porfirio Díaz todos los grupos tuvieron que unirse para lograrlo, tristemente no es lo mismo hacer bloque en conjunto que gobernar. Así también en Oaxaca se tuvieron que unir casi todos los partidos para derrotar al PRI, pero el experimento igual que una centenar de años no funcionó, todos lo que se unieron quieren mandar y ser únicos en tener el poder. Hoy vemos un Gobierno dividido, un gobernante ausente de los problemas que aquejan a su estado y una población paralizada y horrorizada por la falta de resultados, diferencia monumental, después de la revolución el Gobierno no tenia recursos, por lo tanto todo lo tenían que hacer como se dice de saliva, el Gobierno del Estado cuenta con los recursos que mes con mes le ministra a sus cuentas el Gobierno Federal, aunque ¿Por qué no se utilizan?
A una semana de cambios cruciales en el gabinete legal, los demás cambios necesarios y esperados no se han dado, no solo puedes cambiar a la cabeza; cuando la estructura es débil y se tambalea, no con la llegada de un nuevo Secretario General de Gobierno los problemas desaparecerán y más cuando todos sus subsecretarios no funcionan y entonces ¿Para qué se hizo el cambio?, además, ¿Los ratificó esta semana?, en verdad cree que el podrá resolver todos los problemas?, de ser así nuestro pronóstico de la semana pasada se debe modificar, en Oaxaca nada ha cambiado, seguimos a merced del grupos de poder que no buscan ningún beneficio, solamente les interesa el poder por el poder.
Y Gabino o no se entera de lo que pasa en el estado (lo cual sería algo absurdo puesto que es el gobernador) y vive engañado por sus colaboradores, o en verdad no le importa lo que pase en el estado, el está viviendo el sueño que buscó durante 9 años, sin interesarle los resultados o efectos que sus causas puedan provocar. Estamos al borde del colapso si el uso de los recursos que le corresponden al estado y viviendo con la induración de las obras que el gobierno anterior dejó. Una vez más se demuestra que el lema “Paz y Progreso” fue un sueño absurdo, sus promotores; no tienen la menor idea de cómo alcanzar tan fuerte mensaje: “paz” para los Oaxaqueños y “progreso” para Oaxaca. Veamos cuánto aguanta el Estado.