08:56 Chivas había demorado un año para asistir a la Liguilla, y su regreso resultó un desastre. Luego de un inicio de temporada de ensueño, con ocho victorias consecutivas, y con un Javier Hernández implacable, la campaña perfecta se desplomó.
Tras las ausencias de cinco seleccionados, las ideas de Jorge Vergara de ajustar sueldos, su pleito con el presidente deportivo Rafael Lebrija, quien optó por renunciar a su puesto, todo terminó. Además, los jugadores no hablan con los medios de comunicación desde hace más de tres semanas.
Con un plantel limitado, participando también en Libertadores y con el estado anímico vapuleado, el final ante Monarcas era predecible. Ayer, con la mente más puesta en el partido del martes ante Libertad, Chivas salió a cumplir con el trámite ante Monarcas, que ya lo superaba en el global por 4-2.
José Luis Real apostó por la precaución y evitar una anotación más. Y es que sin la presencia del delantero Omar Arellano, quien fue expulsado la Ida, el único experimentado era Omar Bravo.
El Güero colocó una línea de cinco defensas, cuatro mediocampistas y un delantero. Lo único que consiguió su estrategia fue un juego semilento, con el cual Monarcas se sintió cómodo, con el conocimiento de que el Rebaño tenía la necesidad de anotar y se preocupó poco por ir al frente.
Al parecer la indicación era salir al pelotazo. Liborio Sánchez enviaba sus servicios para Bravo, pero éste era incapaz de retener el balón ya que era bien marcado o inclusive era castigado con puntapiés que Eduardo Gasso no señalaba.
Por la izquierda, Édgar Solís se agregaba, pero era detenido por Marvin Cabrera. Pero por derecha, Guadalajara fue peligroso con un Jorge Enríquez, quien puso por delante el corazón y el talento para colocar centros al área.
La acción más inquietante para el portero Moisés Muñoz fue un tiro desde fuera del área de Xavier Báez, pero el balón pasó por encima del travesaño.
Xavier Báez deja atrás la marca de Jaime Durán. Foto: MexsportEl plan parecía resultarle a Real, quien dejó los siguientes 45 minutos para irse con todo al frente con dos cambios ofensivos al enviar a la cancha a Dávila y a Marco Fabián.
De inmediato se notó el cambio de intensidad, pero al ’57, Monarcas congeló el entusiasmo. Por izquierda Luis Rey centró, Sanzores prolongó hasta la derecha donde Elías Hernández remató de manera efectiva para liquidar en definitiva a Chivas lo que representó el 5-2 global.
Con esta losa encima, Guadalajara intentó anotar el gol de la honra, y Fabián estuvo cerca, pero Muñoz lo evitó con una atajada insólita, mientras que Morelia consumó el tiempo cascareando con su rival.
Milenio