Este año fue celebrado EL DÍA DEL AMARANTO con la participación del astronauta Rodolfo Neri Vela, el historiador Lorenzo Meyer, el promotor cultural Marco Buenrostro, el investigador Adrián Argumedo y aproximadamente 250 productores y transformadores de amaranto provenientes de diferentes regiones de Oaxaca y los estados de Hidalgo, Puebla, Morelos, Querétaro, Tlaxcala y el Distrito Federal.
Además, como parte importante de esta celebración, fue elaborada la alegría más grande del mundo hasta ahora conocida, la cual midió 9.88 metros cuadrados; dimensiones certificadas por la Dra. Hirán Morán, coordinadora del Grupo de Enlace para la Promoción del Amaranto.
El Dr. Rodolfo Neri Vela hizo referencia a su viaje espacial cuando se incorporó a la Misión STS-61-B del Transbordador Atlantis y platicó cómo llevó a cabo una serie de experimentos diseñados por científicos mexicanos. Esto ocurrió en noviembre de 1985.
El astronauta explicó que cuando llevó al espacio semillas de amaranthus hypocondriacus, el conocimiento general de sus cualidades nutritivas era casi nulo entre la población mexicana, ya que se le consideraba solamente como un dulce, una golosina. “La publicidad del viaje y el experimento cambió las cosas de manera radical. Hoy se ven beneficiadas cientos de empresas, pequeñas y grandes, que cultivan y comercializan al amaranto”, señaló.
Neri Vela ponderó enfáticamente las propiedades nutritivas del amaranto y se congratuló por participar en EL DÍA DEL AMARANTO oaxaqueño.
A pregunta específica, comentó que ver la tierra desde el espacio exterior fue un gran regalo de la vida.
En su intervención, Marco Buenrostro reafirmó la conveniencia de que los alimentos que nos llevamos a la boca diariamente deben producirse en la región en la que se van a consumir. “En la actualidad la mayoría de los productos industrializados y las frutas viajan entre dos mil y cinco mil kilómetros para llegar a los supermercados” Esto es totalmente irracional por el enorme gasto de energía, por los costos que son cada vez más elevados y por el deterioro del medio ambiente ligado al cambio climático.
Expuso también que “la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a una alimentación saludable y culturalmente apropiada, producida a través de métodos ecológicamente sustentables …”
Adrián Argumedo cuestionó el modelo civilizatorio occidental y recordó el México Profundo consignado en los trabajos de Guillermo Bonfil Batalla. De igual manera abundó en la importancia del amaranto para la alimentación del pueblo mexicano.
El historiador Lorenzo Meyer recordó cómo se reinventó el país en el siglo XIX y la suerte que las comunidades sufrieron. Afirmó que la esperanza para salir del atolladero en el que estamos se encuentra en la base, en los pueblos, en las personas organizadas comunitariamente.
De igual manera consideró que es el momento en que la sociedad civil demuestre su experiencia y capacidades para mejorar las condiciones en las que estamos viviendo sin depender del poder.
Los asistentes al evento, conducido por Mayte Ibargüengoitia, tuvieron la oportunidad de probar una gran diversidad de productos hechos de amaranto, de conocer cómo este cereal se puede incorporar a la comida diaria y de disfrutar de la música de la banda infantil de Rancho Tejas, Tlahuitoltepec.
Animados por la exitosa celebración, los productores y transformadores de amaranto, las organizaciones civiles presentes y Puente a la Salud Comunitaria A.C., organizadora del Día del Amaranto, prometieron darse cita en el año 2015 para compartir experiencias, analizar sus acciones y dar a conocer sus logros.