El Centro Cultural de Convenciones de Oaxaca (CCCO), que se construye en el Cerro del Fortín por la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico (Styde) del gobierno de Oaxaca, sí impacta negativamente al entorno urbano y natural del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987, y eso sí nos involucra y nos concierne, expresó Francisco Vidargas Acosta, Subdirector de Patrimonio Mundial y Convenciones UNESCO, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Eso nos involucra y sí nos concierne, pero hay etapas. Hasta el momento no podemos involucrarnos directamente como oficinas centrales del INAH, ya que son los Centros Regionales del INAH los directamente involucrados con las autoridades municipales y estatales. En este caso, si la obra sigue avanzando, entonces, intervendremos. Primero haremos un señalamiento; y si eso prosigue, valoraremos qué impacto podrá tener, qué afectación tendrá visualmente en el centro histórico de Oaxaca, precisó el funcionario.
El que no hayamos recibido ninguna notificación, no quiere decir que nosotros nos mantengamos alejados, que ignoremos el tema; lo mantenemos en nuestros radares, pero hay protocolos lógicos que hay que seguir. No podemos llegar y decir: tienes que parar esto y esto otro, sin antes consultar, explicó Francisco Vidargas Acosta.
Lo que ha inscrito México en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, es porque hay responsabilidad del gobierno en conservarlo, y me refiero a los tres niveles de gobiernos: municipal, del estado y federal. Pero también Oaxaca es ejemplo del interés por preservar su patrimonio. Hay una sociedad civil activa que se da la tarea de la conservación de los bienes culturales tangibles e intangibles que posee.
El CCCEO, es una obra con un presupuesto de 600 millones de pesos que inició su edificación en el sotobosque del Cerro del Fortín a cargo de la Styde, cuyo titular José Zorrilla, es copropietario del Hotel Victoria, colindante con el predio donde se edifica. Además, la obra está en manos de la propia dependencia a través de una figura administrativa creada ex profeso, cuando debe ser competencia de la Secretaría de las Infraestructuras del gobierno del estado que preside Gabino Cué.
Hasta el momento, el presidente municipal de Oaxaca, Javier Villacaña, afirma que ahí no se construye ningún centro de convenciones; con esta declaración, utiliza un juego de palabras leguleyas, por ello otorgó el municipio que él gobierna, la licencia de construcción. Según él, ahí se construye un estacionamiento, para lo que se otorgó licencia, mas no para la construcción de un centro de convenciones.
Mientras, el principal promotor de la obra, José Zorrilla, reitera y desmiente al propio munícipe al declarar que la construcción del CCEO inició desde el pasado ocho de junio, para lo cual mantiene una intensa campaña propagandística que implica una millonaria campaña en radio, televisión, prensa escrita, trípticos entregados casa por casa y negocios, movilización de comerciantes, taxistas, prestadores de servicios turísticos, entrega de estímulos económicos, hasta el vituperio a los oponentes de esta obra, más las agresiones a través de supuestos miembros de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), a quien se le dio la obra.
Los opositores al CCEO, entre ellos el pintor Francisco Toledo, no rechazan la edificación del CCEO, sino que se edifique en el Cerro del Fortín.
La respuesta desproporcionada de los gobiernos del municipio de Oaxaca y del gobierno del estado, y de su terquedad de edificar en ese lugar la mole de cemento, obedece a intereses políticos, ya que el edil de Oaxaca, Javier Villacaña, pretende ser candidato del PRI al gobierno del estado en los comicios del año 2016, que se inician en octubre, o de perdida, regresar a la cámara de diputados local. En tanto, José Zorrilla, se sueña presidente municipal y como candidato del PRD, en alianza con el PAN, coalición gobernante en Oaxaca.
Francisco Vidargas Acosta, Subdirector de Patrimonio Mundial y Convenciones UNESCO del INAH, reiteró que Instituto tiene que seguir protocolos, y explica, primeramente involúcranos en la conservación del patrimonio por la Ley Federal, pero eso lo inicia la autoridad municipal y el gobierno del estado, conjuntamente, que no lo han hecho.
Agregó que los terrenos donde se construye el CCCO son estatales, y el municipio tiene que ir estableciendo normas, Pero si esto prosigue como hasta ahora, nosotros podríamos hacer observaciones. Lo primero sería que todos tengan claro el impacto que la obra tiene en el entorno del lugar, y verlo con el centro INAH.
Asimismo, explicó que las reglas de la UNESCO han cambiado, que no son las mismas que cuando se sumó el centro histórico de la Ciudad de Oaxaca a la lista de Patrimonio Mundial —que fue unos de las primeras inscripciones de México—. Ahora hay otros requerimientos más complicados que antes. Ahora hay un proceso de denominación que hay que ir trabajando con las comunidades, ya que ellas son corresponsables de cuidarlas, eso permite que se haga más fructífera la conciencia en todos.
En la primera declaratoria no se involucraba a la sociedad. Ahora debemos tener claro que la lista a la inscripción de bienes para garantizar su conservación, no es como una marca registrada, porque no es una mercancía.
Respecto al lugar del CCEO, nuestra acción está limitada, porque es un lugar fuera del perímetro del patrimonio mundial. Sin embargo, nos involucra porque ahora la UNESCO ve también el tema de los paisajes en el entorno. Y ese tema aquí se está trastocando, puntualizo el funcionario del INAH.
Las primeras inscripciones al patrimonio eran mucho más limitadas en varios sentidos, los expedientes eran de 20 hojas, ahora un expediente de denominación pueden ser de varios tomos, de 300 ó 400 páginas, según el bien.
Cuando se inscribe el centro histórico, en el año de 1987, cumple los lineamientos que se requieren. El centro histórico de Oaxaca no ha perdido su valor universal excepcional, se ha preservado. Ahí el tema es tener muy claras las reglas de juego y tener normativas de ley muy bien definidas para ir regulando que esa evolución sea correcta en lo debe hacer el municipio de Oaxaca y el gobierno estatal. Deben solicitar la opinión del INAH y tomarla en cuenta.
Monte Albán también está declarado patrimonio mundial, pero es algo muy diferente porque son dos temas muy distintos. ¿Cómo se conserva una zona arqueológica a cómo se conserva un centro histórico?
Desde Monte Albán se tiene un golpe de vista maravilloso. El centro INAH debe de dar una opinión de la afectación que tendrá el entorno visual. Definitivamente, el Centro INAH, debe estar involucrado en el tema visual y su afectación. Hay que recordar que el INAH no tiene poder supremo. El INAH tiene sus atribuciones conforme a la Ley, pero el INAH no tiene la capacidad jurídica de darse este uso del suelo, todo tiene sus “asegunes”, dijo Francisco Vidargas Director de Patrimonio Mundial del Instituto.
El primero de agosto el INAH emitió un comunicado donde afirma que: el proyecto enviado por la Secretaría de Turismo del Estado de Oaxaca fue evaluado por el Instituto, y éste emitió una recomendación al Gobierno del Estado de Oaxaca para que el mismo “no se ubique en el Cerro del Fortín, pues las estructuras arquitectónicas propuestas representan una afectación severa al paisaje cultural e histórico de la ciudad”.
Sin embargo, el gobierno del estado que preside Gabino Cué, ha hecho caso omiso a esta recomendación, y el presidente municipal Javier Villacaña, guarda silencio, porque según, ahí sólo se edifica un estacionamiento.
Vía @Viral_Noticias