Las estrategias mexicana y estadunidense y los acuerdos bilaterales en materia de drogas han fracasado. Así de simple. La actividad criminal en la frontera suroeste de los EE.UU. es una “significativa amenaza a la seguridad nacional”, concluye el reporte de mayo de 2016 de la Office of National Drug control Policy de la Casa Blanca.
El tráfico de drogas hacia el interior de los EE.UU. por la frontera estadunidense con México se ha fortalecido con el contrabando de armas de los EE.UU. hacia México, revela el reporte. El temor estadunidense es que esas armas no sólo sean usadas por los cárteles, sino que lleguen a otros grupos para atacar a las fuerzas policiacas estadunidenses. En los hechos, los cárteles controlan las ciudades fronterizas del lado mexicano y el tráfico por carreteras y ferrocarril dentro de los EE.UU.
El problema para los EE.UU. se ha multiplicado. Los cárteles han logrado horadar la frontera para contrabandear prácticamente todas las drogas prohibidas, al grado de que el tráfico de heroína se ha triplicado en cinco años pasando de mil 80 kilos en el 2010 a 3 mil 258 en 2015. En esos años, México y los EE.UU. aumentaron su cooperación en la lucha contra el tráfico de drogas, pero los resultados indican un fracaso.
El asunto es peor. El gobierno de los EE.UU. ya tiene documentado el hecho de que los cárteles mexicanos no sólo pasan la droga en la frontera, sino que dentro de los EE.UU. son los encargados de su transporte y luego son los que manejan los mercados al menudeo para la venta directa al consumidor. Los cárteles mexicanos se han aliado a las principales pandillas de delincuentes que a la vez están ya articuladas orgánicamente a los cárteles. Y la fase actual detectada por las autoridades estadunidenses indica que la fragmentación de los cárteles ha derivado en multitud de pequeñas bandas cuya investigación y persecución se hace más difícil.
La estrategia nacional de los EE.UU. y México y los acuerdos bilaterales no han frenado el activismo de los cárteles; la oficina antidrogas de la Casa Blanca ha notado un aumento en la producción y tráfico de heroína, al tiempo que tiene datos de que la persecución contra cárteles en México ha llevado a que las bandas se extiendan a Centroamérica, convirtiendo esa zona en una segunda frontera de seguridad nacional estadunidense después de la del Río Bravo.
A diez años del inicio de la ofensiva del gobierno de Calderón contra los cárteles y nueve del apoyo articulado de la Iniciativa Mérida a esa decisión, el saldo es deficiente para los EE.UU. y la directiva del presidente Trump tendrá, a decir de algunos analistas de seguridad, poco efecto porque se trató más bien de una decisión mediática. En los hechos, Trump no hará más que continuar la estrategia de Obama que no ha dado resultados.
El problema que enfrentan los EE.UU. no radica en el tráfico sino en el consumo creciente de drogas. La estrategia de Obama fue la de alejarse de las decisiones de persecución y criminalización y centrase en educación y atención médica. Sin embargo, los datos revelan un aumento en las muertes violentas derivadas del consumo de drogas, en mayores plazas de vente al menudeo y en la consolidación de una estructura criminal local.
Así, la directiva de Trump contra los cárteles sólo servirá para profundizar la penetración de organismos estadunidenses de inteligencia y seguridad nacional en México.
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Política para dummies: La política es el acto de desconfiar de todos, hasta de uno mismo.
Sólo para sus ojos:
- La renuncia del consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca por sus relaciones con el espionaje soviético fracturó fuertemente la estructura de inteligencia oficial que había sido absorbida de manera directa por el presidente Trump a través de su asesor especial Steve Bannon. Algunos comienzan a ver ahí una batalla dura entre las altas burocracias del espionaje, algo similar a lo ocurrido con Watergate.
- La competencia en el Estado de México será de estructuras de gobierno y de campañas mediáticas. Y ahí el PRI tiene más experiencia y recursos oficiales. En fuentes políticas creen que el PAN le está apostando a acuerdos con el gobierno y no a la organización electoral.
- El desmoronamiento del PRD tendrá un efecto inesperado; con todo y su populismo, había fuerzas de la izquierda socialista de los ochenta. Así, el país corre el riesgo de quedar atrapado en las redes de los neopopulismos vigentes: PRI, PAN y Morena.
@carlosramirezh