El senador demócrata y ex candidato a presidente derrotado por George W. Bush en las elecciones de 2004 podría impulsar un acercamiento de Estados Unidos hacia Cuba.
Como titular de la comisión de Asuntos Exteriores de la cámara alta, apoyó la liberalización total de los viajes hacia el país de los hermanos Castro. Si bien muchas de las prohibiciones fueron levantadas durante el primer mandato de Barack Obama, nunca se permitieron los viajes turísticos, por ejemplo.
Además se opuso a los programas pro democracia que el Gobierno estadounidense viene impulsando en Cuba a través de distintos medios, como la Radio/TV Martí. Argumentó que no estaba probado que esos onerosos planes ayudaran verdaderamente al pueblo cubano y los señaló como una provocación hacia el régimen.
Incluso llegó a frenar el desembolso de 20 millones de dólares destinados a su financiamiento, condicionando su liberación a una revisión de los programas.
Por otro lado, es cierto que nunca puso en duda la necesidad de mantener el bloqueo económico a la isla.
El senador cubanoamericano Bob Menéndez, que podría reemplazarlo al frente de la Comisión de Asuntos Exteriores y que es conocido por su dura posición frente a Cuba, celebró la nominación de Kerry.
Mauricio Claver-Carone, director del Comité de Acción Política US-Cuba Democracy, también apoyó la elección. Lo calificó como alguien “razonable y dispuesto a escuchar todos los puntos de vista, cuyas posiciones sobre Cuba como no son muy diferentes a las de Obama”, según El Nuevo Herald.
Sólo falta un acuerdo del Senado que está casi garantizado para su designación formal al frente del Departamento de Estado en reemplazo de Hillary Clinton.
Agencias