Cambiar de mentalidad y de corazón para mejorar: JLCB

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El Señor viene en nuestra ayuda, y en esta cuaresma nos señala el camino seguro y eficaz para levantar nuestra vida, la de nuestras familias y de la sociedad. Con la imposición de ceniza los creyentes expresamos externamente nuestro arrepentimiento y decisión de enderezar la vida, de apartarnos del mal para volvernos a Dios. “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” es la exhortación a ponernos todos a la escucha de Dios, a centrar los ojos en Jesucristo y a seguirlo hasta la entrega de la propia vida.

Arrepentirse, convertirse, no se limita a quitar una falta sino a limpiar toda la vida, a darle un vuelco al rumbo que llevamos orientándonos a Dios y caminar hacia El; sólo poniéndonos frente a Dios nos miramos realmente como somos, como el mismo Dios nos ve y experimentamos que, a pesar de nuestras faltas y hasta de pecados graves, Dios nos quiere y, por lo mismo, nuestra vida tiene futuro.

Si queremos mejorar en serio nuestra vida y el rumbo de Oaxaca, tenemos que cambiar nosotros mismos de mentalidad y de corazón; de mentalidad, asumiendo los valores de la verdad, de la vida y de la justicia; de corazón, vaciándolo de resentimientos, de mentiras y de corrupciones. El cambio más importante es el cambio interior de cada uno de nosotros; no habrá un Oaxaca mejor mientras los hombres y mujeres no cambiemos de mentalidad y de corazón. Sea cual sea nuestra manera de pensar ante las injusticias, divisiones y la violencia, no podemos dispensarnos del esfuerzo conjunto para reconciliarnos y para reconstruir nuestra sociedad.

Creer no es algo secundario, es vital y tiene que ver con las actividades y relaciones de la vida diaria; sin fe la vida pierde su cimiento y apoyos, no sólo en lo personal sino también en la convivencia social. ¿Qué sucede a los esposos que ya no se creen?. ¿Qué pasa a las personas que ya no creen en sus autoridades ni en sus vecinos?. Creer es una actitud vital para toda persona porque en la fe nos jugamos nuestra realización y felicidad auténtica, nos jugamos la vida de calidad; el que no cree en nadie se cierra, se estanca, se niega a seguir creciendo y tarde o temprano se deshumaniza; creer en los demás, en Dios, nos pone en camino de una restauración profunda y de un crecimiento permanente; la falta de fe nos vuelve indiferentes y hasta enemigos.

Esta cuaresma tiene que ser especial para todos los católicos. El Señor nos llama a todos con amor: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”; ningún católico puede quedar al margen de la tarea de ser luz y fermento que abra a la esperanza con la savia del Evangelio, nadie está dispensado porque el mandamiento del amor es el distintivo del cristiano: “En esto conocerán que son mis discípulos, en que se aman los unos a los otros” (Jn. 13, 35). La caridad de Cristo nos urge.

La vida y la paz auténtica se construyen desde el corazón; necesitamos cambiar de mentalidad y de corazón para reconciliarnos. Tenemos la seguridad de que Dios puede cambiar los corazones de todos porque para Dios no hay imposibles; la fe en Dios es nuestra seguridad y fuerza. Exhortando y educando a vivir cristianamente la Iglesia, a través de los católicos presentes en los diferentes campos y servicios de la sociedad, continúa aportando a la justicia, a la paz y a la calidad de vida en Oaxaca. “Conviértete y cree en el Evangelio”.

Con mi saludo y bendición para todos.

+ José Luis Chávez Botello