En la celebración del día de la Virgen de Juquila, en San Jacinto Amilpas por primera ocasión se organizó una calenda encabezada por un carro alegórico—donde una adolescente representó a la Virgen—seguido de los tradicionales monos, una marmota llevada por apuesto joven y mujeres, algunas portando trajes regionales de Oaxaca, llevando en la cabeza canastas con flores.
La calenda recorrió calles principales de San Jacinto, arribo al templo del lugar donde bailaron por algunos minutos al ritmo de un conjunto musical y posteriormente continuó por otros rumbos de la población, hasta entrada la noche del lunes 7 del actual.
El secretario municipal, Erasmo López Núñez, comentó que en este año fueron personas nativas de Juquila, radicadas en San Jacinto, las que organizaron los festejos en honor a la Virgen.
Fue su voluntad, dijo, festejar a la Virgen en su día—8 de Diciembre—con las mañanitas, celebración de una misa y otros festejos.
ADIOS A LAS MAYORDOMIAS, POR COSTOSAS
La figura del mayordomo, tradicional en muchos de los pueblos de Oaxaca, en San Jacinto ha desaparecido a consecuencia de la situación económica.
La mayordomía era una especie de rito que se iniciaba con la elaboración de ceras o las llamadas comúnmente velas y la preparación de toda la fiesta, donde se invitaba a los compadres y familias enteras, cuyos gastos eran excesivos y se apoyaba quien la hacía de mayordomo en la guelaguetza, acción consistente en recibir, para posteriormente dar y corresponder.
Los gastos se iban en el pago de la música, en ocasiones por 2 o 3 días incluyendo las noches, donde se obsequiaba la comida, se pagaban los cohetes, de preferencia se repartía y consumía el mezcal o la cerveza y surgían otros compromisos que llevaba en ocasiones a las personas a endrogarse o deshacerse de propiedades o animales para cumplir con el enorme compromiso.
Todo esto ha desaparecido en San Jacinto Amilpas y en esta ocasión fue un grupo de personas quienes se organizaron para festejar a la Virgen de Juquila, cuyo fervor religioso sigue vigente y perdura en muchos de los oaxaqueños.