Unas 20 personas murieron, incluidos efectivos de la policía iraquí, y más de 80 resultaron heridas hoy en una cadena de cinco atentados con carros bomba en esta capital, que las autoridades atribuyeron a Al-Qaeda.
Un portavoz del Comando de Operaciones de Bagdad (COB) precisó que dos atacantes suicidas hicieron detonar sus vehículos con escasos minutos de diferencia en los distritos de Al-Hurriya y Al-Wiya, en el noroeste y centro de la capital, respectivamente.
Los dos ataques a primeras horas de este miércoles segaron la vida de 11 personas, sobre todo oficiales y agentes de las fuerzas de seguridad porque uno de los vehículos explotó frente a la estación de policía de Al-Wiya, en la intercepción de una importante carretera.
El otro bombazo sorprendió a uniformados en un punto de control policial de Al-Hurriya, una concurrida área residencial consideraba bastión del clérigo radical chiita Muqtada Al-Sadr.
En Al-Wiya perecieron seis personas, incluidos cuatro policías, y en Al-Hurriya las bajas letales sumaron cinco, además de 42 lesionados en ambos incidentes y de viviendas y negocios destruidos por la magnitud de las deflagraciones, apuntó el Ministerio del Interior.
El canal satelital Al-Iraqiya reportó, además, que tres agentes perecieron cuando un carro cargado de explosivos voló en pedazos al paso de una patrulla de la policía por el barrio Ilaam, en el sur de la capital, y otros dos corrieron igual suerte en el oeste.
Un quinto artefacto fue activado también en un distrito del occidente bagdadí contra una patrulla del Ejército iraquí, pero costó la vida a un civil y heridas a 12 más, añadió el COB al recordar que el lunes murieron en Bagdad nueve personas en tres atentados con bombas.
Los atentados coordinados fueron los peores de Bagdad desde el 28 de agosto, cuando un atacante suicida supuestamente ligado a Al-Qaeda mató a 28 feligreses en la mayor mezquita sunnita de la ciudad.
El portavoz militar para Bagdad, Qassim Al-Moussawi, acusó a Al-Qaeda de todos los ataques de hoy, y aseveró que la red intenta mostrar a la población “cada tres meses, más o menos” que sus milicianos continúan activos y son capaces de golpear puestos de seguridad.
Para analistas locales resultó preocupante que los ataques ocurrieron en momentos en que se avivó en el ámbito político de Irak el debate sobre la extensión de la presencia militar estadounidense, bajo argumentos de una frágil situación de seguridad en este país árabe.
PL