14:10 El coordinador del área de Biotecnología de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Carlos Regalado González, propuso que en lugar de prohibir el consumo de refrescos y comida “chatarra”, mejor se deberían de eliminar las máquinas dispensadoras de refrescos y botanas, ·y dejar que los niños lleven su alimento de su casa”.
Esta medida ayudaría a que tuvieran una alimentación más heterogénea, “puesto que nunca van a dejar de consumir alimentos que sólo le proporcionan los carbohidratos y las grasas”.
En su intervención durante la cuarta edición de las “Jornadas de Biotecnología de Alimentos”, realizadas por alumnos de dicha facultad, indicó que el problema más serio no es tanto el consumir la comida chatarra, sino el alto consumo de bebidas endulzadas, extractos o yogurths.
Por eso, sostuvo que las consecuencias de sufrir problemas de obesidad en el país, radica, en un primer momento, en el alto consumo de refrescos. “Un sorbo de dicho líquido es una cucharada de azúcar”, dijo.
Tales productos contienen entre un 10 y 12 por ciento de azúcares, y “lo grave es que hay familias que los utilizan como agua de uso común”.
Aunado a esta situación, Carlos Regalado comentó que uno de los problemas que se enfrenta por el consumo de refrescos, es el desbalance de la alimentación y el sedentarismo.
Desacuerdo de empresario refresquero
Roberto Ruiz Hernández, empresario de la industria refresquera y vocal del Consejo Directivo de la Fundación Roberto Ruiz Obregón, criticó la medida de retirar la comida “chatarra” de las escuelas, pues esa misma “la vas a encontrar a dos metros de la puerta”.
El empresario, cuyo abuelo fundó en Querétaro la compañía de refrescos “Victoria”, afirmó que no se oponía a la medida aprobada esta semana por los diputados federales, “porque es de gobierno y pueden hacer lo que quieran, pero no creo correcta la medida porque la comida que vas a quitar de las escuelas la vas a encontrar a dos metros de la puerta y, entonces ¿qué caso tiene?”
El empresario queretano opinó que a pesar de tal decisión, los menores adquirirán este tipo de alimentos afuera de las aulas.
Sobre tal decisión y sus repercusiones en la empresa “Refrescos Victoria”, declinó adelantar un pronóstico pues es necesario darle tiempo, “un mes para ver qué hay”, puntualizó.
EL UNIVERSAL
