Trabajan en el gobierno federal, en el Congreso de la Unión y en la Suprema Corte de Justicia. Son todavía los privilegiados del sistema político mexicano, los favoritos del gobernante en turno, los cortesanos del régimen presidencial que agoniza. Es la burocracia gourmet que recibe privilegios, bonos, camionetas blindadas, escoltas, sueldos elevados que, incluso, les permite comprar plataformas petroleras.
Por ejemplo, la clase privilegiada en la Suprema Corte de Justicia, gozan de sueldos cuantiosos, más de 600 mil pesos mensuales, que sumados a las prestaciones, totalizan $ 6,938,234 millones de pesos anuales.
En las cámaras legislativas, los diputados y senadores reciben altas cantidades de dinero, incluso, cobran “moches” por “cabildear” presupuestos destinados a las zonas territoriales que representan. El cargo les dura 3 y 6 años respectivamente, cargos que significan premios para hacer negocios, cobrar sueldos cuantiosos, gozar de privilegios y viajes a cualquier parte del mundo que se les ocurra.
A tal grado es el uso y abuso del presupuesto de los diputados, senadores y funcionarios legislativos, que Dolores Padierna, la esposa de René Bejarano, alias “el señor de las ligas”, a nombre de Morena, propuso recortes que podrían ahorrar 2 mil 752 millones de pesos, equivalentes a 32.6% del presupuesto autorizado por la Cámara de diputados para este año.
Padierna, propone eliminar renta de vehículos, terrestres, aéreos y marítimos; bajar salarios a legisladores y a 687 funcionarios de la cámara de diputados que perciben más de un millón de pesos anuales; también eliminar las prestaciones como las compensaciones garantizadas, las primas vacacionales, las ayudas de despensa, los seguros de vida institucional, el seguro colectivo de retiro, los gastos médicos mayores y el apoyo económico para adquisición de vehículos.
Padierna, reveló que el secretario general de la cámara de Diputados gana un salario bruto anual 3 millones 789 622 pesos, más dinero que un diputado que recibe un millón 918 mil 120 pesos anuales (se le olvidaron los moches y privilegios).
Propone Padierna, que la burocracia gourmet de la Cámara de Diputados sea regulada con disminuciones significativas en los salarios que son excesivos, por ejemplo:
Un Jefe de Unidad cobra 3 millones, 471, 766 pesos.
Director de Area (24 plazas) con 2 millones 50 mil 854 pesos cada uno.
Secretario de servicios/ Contralor interno (tres plazas de ese nivel) cobran un salario de 3 millones 298 mil 592 pesos cada uno.
Director General (17 plazas) con salario de dos millones 884 mil,180 pesos cada uno.
Según Padierna, la remuneración total neta de los diputados sería de un millón 200 mil pesos anuales, equivalentes a 100 mil pesos mensuales.
En cuanto a las prestaciones solo se conservarían las de seguridad social y las gratificaciones de fin de año. Se eliminarían los seguros de vida, gastos médicos mayores y de separación individualizada.
De las 4 mil 47 plazas con las que trabaja la Cámara de Diputados, a 687 se les podría aplicar las reducciones, toda vez que la percepción neta es de más de un millón de pesos anuales, con lo que se lograría un ahorra de 352 millones de pesos equivalentes a 25.7 % de lo que reciben actualmente.
De esta forma, en el capitulo 1000 del presupuesto de la Cámara de Diputados se reducirían honorarios, prestaciones y pagos extraordinarios, lográndose un ahorro de mil 534 millones de pesos.
Por lo que respecta al capitulo 3000, que comprende compras y consumo, se podrían ahorrar 353 millones de pesos si se cancela el arrendamiento de vehículos de todo tipo.
Si se logra aprobar este paquete de reducciones el ahorro total bruto sería de 2 mil 752 millones de pesos.
Costo total de la 63 legislatura en el 2018, Diputados: 23 mil, 427 millones de pesos; Senadores: 13 mil, 867 millones de pesos; igual a 37 mil 294 mdp, costo total.
¿Y que decir de la burocracia gourmet del gobierno federal? Esa exquisita clase que viste trajes Hugo Boss, que se viste en las más caras boutiques de Masaryk; esa estirpe que se da cita en el “Churchill”, o en el “Guría” “para dejarse ver y estar vigentes”; la burocracia gourmet que huele a Hermes, a Givenchi, a las más finas lociones y perfumes; esa burocracia calzada con finas marcas de zapatos, Saint Crispin’s, Santoni, Gaziano & Girling, Edward Green, Corthay, o Alden; esa burocracia intocable que en grupos de dos mil cada mes se sumaron a la nómina del Gobierno Federal en los últimos 8 años.
Esa burocracia a la que no tiene acceso cualquier mortal porque siempre están muy ocupados; esa burocracia gourmet que el gobierno distinguió para formar su Corte, esa alta burocracia que tiene sus días contados, pues una de las promesas del próximo gobierno es eliminar privilegios, recortar salarios y adelgazar la burocracia poco efectiva. ¿Será posible? Porque gobernar es desilusionar, dicen algunos.
@luis_murat
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