Nueva York. Warren Buffett reafirmó el miércoles que va a seguir alentando a los multimillonarios que rechazaron su petición de donar al menos la mitad de su fortuna a proyectos filantrópicos. Buffett, presidente de Berkshire Hathaway Inc. y quien dio casi la totalidad de su fortuna a la filantropía, dijo que hay de 70 a 80 personas en la lista de la revista Forbes de los más ricos del mundo, con los que se estableció contacto como parte de su campaña para impulsar la donación. Cuarenta personas o familias se comprometieron en el proyecto y tiene que convencer a alrededor de la mitad, comentó Buffett en una conferencia de prensa telefónica.
“No pierdan la confianza en ellos”, aseguró Buffett. “Cada santo tiene un pasado, todo pecador tiene un futuro, por lo que seguiremos trabajando”.
Buffett se unió a Bill Gates, cofundador de Microsoft, para convencer a otros multimillonarios de participar en sus iniciativas. Living Pledge, Ronald Perelman, Larry Ellison y Weill Sanford están entre los nombres de personas que están participando, comunicó el grupo de Buffett.
“Nos tomó tiempo hablar con alrededor de 70 a 80 nombres, un buen número de gente que no sabía nada. Teníamos razones para creer que en la mayoría de los casos las personas tenían un interés en la filantropía”, comentó Buffett.
Buffett dijo que tendrá más cenas para alentar compromisos adicionales.
“También pediremos a los empresarios ricos de China e India dar su dinero.
Simplemente voy a explicar a los ciudadanos de esos países el compromiso y quizás dar un poco de mi experiencia. Si desean hacer lo que creemos que es una buena idea y continuar con ella, vamos a estar satisfechos”, agregó.
Buffett ocupó el tercer lugar en la lista de Forbes, con una fortuna de más de 40,000 millones de dólares y se ha comprometido a donar la mayor parte de su fortuna a la Bill Melinda Gates Foundation, la mayor organización filantrópica del mundo, con objetivos como la reducción de la pobreza, las enfermedades y la mejora de la educación de Estados Unidos. Buffett ha dicho que las donaciones dejarán su estilo de vida “sin tocar”.
El Economista