A estas alturas, pocas personas quedarán que no hayan visto ya las estrafalarias gafas persiana popularizadas por el rapero Kanye West, especialmente en el mundo de la noche. Aprovechando su fama entre el sector joven, en Technology Will Save Us han ideado unas con luces LED programables por el usuario: Bright Eyes. Precisamente por ser programables son mucho más que un adorno excéntrico.
Las Bright Eyes no son un mero producto comercial: pretenden acercar al usuario la tecnología, animarle a crear. Sus 174 luces LED divididas en 14 paneles son programables una a una, y pueden mostrar todo tipo de efectos visuales o incluso texto en desplazamiento, algo muy vistoso que seguro que animará a más de uno a intentar lograr la absoluta personalización y exclusividad de un complemento con el ambiente nocturno y festivo como lugar de uso. Y ese es el núcleo de este producto: conseguir que personas que nunca se habían interesado por la programación, lo hagan. Producir tecnología en lugar de sólo consumirla, reducir la brecha entre el uso que hacemos de los productos y lo que verdaderamente conocemos de su funcionamiento.
Recuerdan por este concepto a uno de los productos más populares y prometedores de 2012: la Raspberry Pi, el microordenador de 35 dólares programable cuyo destino es el campo educativo. Bright Eyes riza el rizo ofreciendo un producto en forma de complemento, personalizable de forma relativamente sencilla, y con varios grados de dificultad según la voluntad del usuario: desde una interfaz drag & drop, hasta un editor completo de código para editar línea a línea. Además, imita al popular microordenador en la posibilidad de añadirle nuevos componentes, como un microfóno que permita que las luces respondan a los sonidos en tiempo real, soldándolo al circuito que integran las gafas.
Detrás de este invento está Daniel Hirschmann, uno de los fundadores de Technology Will Save Us, quien opina que esto es un paso más del movimiento creador surgido con los nuevos medios interactivos, que consiguen alejar el consumismo característico de hasta finales del siglo XX. Como ejemplo pone YouTube, un medio en el que todo tipo de usuarios cayeron para no sólo consumir, sino también crear y aportar su parte. Habla también de los hackspaces como espacios útiles para esta nueva especie de Revolución Industrial a su juicio, pero demasiado intimidatorios, sobre todo para absolutos novatos. En aras de acercar la creación y la programación a cualquiera ha ideado el kit de las Bright Eyes, un producto tentador para que usuarios sin idea de programar empiecen a experimentar. Y que tendrá una buena acogida, vistas las estadísticas y tipo de apoyo recibido en Kickstarter.
Agencias