En la subasta se presentaron varios oferentes pero el ganador fue un japonés, identificado como ‘Natsu’, quien puso como condición que el acto se lleve a cabo en un avión rumbo a Australia.
En declaraciones al diario Folha de Sao Paulo, Migliorini dijo que “el comprador no puede llevar a otra persona, intentar realizar sus fantasías, usar juguetes sexuales y será obligatorio el uso de preservativo”.
El contrato también especifica que en la relación no puede haber besos, ni filmaciones y el ganador debe practicarse exámenes médicos para descartar alguna enfermedad.
Lo más curioso del asunto es que el antes y después del acto será grabado por los productores de Virgins wanted, un documental sobre jóvenes que buscan un modo de superar sus obstáculos para llegar a su primera relación.
Catarina afirma que este hecho no constituye algún tipo de prostitución porque será una sola vez en su vida.
“Cuando uno hace algo una vez, no significa que esta cosa sea su profesión. Si sacas una foto y te sale bien, eso no te convierte en fotógrafo. Tengo 20 años, soy responsable de mi cuerpo y no estoy perjudicando a nadie”, aseguró.
Del documental también hace parte Alexander, un joven ruso de 21 años, quien también vendió su virginidad y la ganadora fue una brasileña que ofreció 3 mil dólares.
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