Calificada por el gobernador Héctor Astudillo Flores como “un asunto de seguridad nacional” por la confrontación armada que mantienen dos grupos delictivos, la zona serrana de la entidad es un bastión priista.
En la elección pasada, los candidatos a las alcaldías de los municipios de Leonardo Bravo y Heliodoro Castillo postulados por el tricolor, Ismael Cástulo Guzmán y Serafín Hernández Landa respectivamente, ganaron los comicios con más de 13 mil votos en conjunto.
El liderazgo de Cástulo Guzmán surgió de la comunidad de Los Morros donde fue comisario y coordinador de la organización denominada Unión de Comisarios de la Sierra y de Hernández Landa solo se conoce que se trata de un joven profesionista.
Mientras el distrito 19, que abarca la franja de la Sierra y la región Centro donde prevalece el conflicto bélico, fueron más de 16 mil los sufragios que favorecieron al actual diputado local priista Olaguer Hernández Flores, indican datos oficiales de los órganos electorales.
De esta forma, el PRI refrendó su hegemonía en la Sierra y se convirtió en uno de sus principales bastiones en esta entidad administrada por el mandatario también priista, Héctor Astudillo.
Actualmente, la brutal confrontación por la disputa de la franja minera y amapolera entre el Cártel del Sur que lidera Isaac Navarrete Celis, cuyo bastión está en Chichihualco con el grupo de Onésimo Marquina Chapa de Tlacotepec, ha sembrado muerte, terror y migración en esta región gobernada por el partido tricolor.
Al respecto, el líder estatal del PRI y actual diputado local, Heriberto Huicochea Vázquez, quien habría realizado negocios al amparo del poder con el tema del panteón forense construido en un cementerio privado que administra su familia, no ha fijado alguna postura ante la confrontación armada que se vive en la Sierra.
Ante la violencia se ha desatado una ola de asesinatos, desaparecidos y más de dos mil personas desplazadas por la violencia, provocando una crisis en este lugar donde contrasta la riqueza natural y la pobreza de las personas.
El diputado local priista Olaguer Hernández Flores, alfil del grupo del exgobernador Rubén Figueroa Alcocer, ha guardado silencio ante los señalamientos de víctimas de desplazamiento forzado que lo han acusado públicamente de promover la instalación del grupo armado de Tlacotepec en las comunidades del municipio de Leonardo Bravo.
Este es el contexto político de la zona calificada por el gobernador Astudillo como “un asunto de seguridad nacional”, pero que fue utilizada como maquinaria de votos para el PRI.
El miércoles 14 de noviembre Astudillo se declaró incompetente para resolver el conflicto armado en la Sierra, argumentando que la policía estatal y el Ejército no pueden enfrentar a más de dos mil civiles armados acusados por su administración de los recientes hechos violentos.
Sin embargo, el mandatario omitió señalar que el grupo armado de Tlacotepec, señalado como brazo ejecutor de Onésimo Marquina, es liderado por Humberto Moreno Galeana, primo del actual secretario de Desarrollo Social del gobierno estatal.
Fuente: proceso.com