Tras el fracaso de la comisión bipartidista del Congreso de Estados Unidos que tenía la misión de reducir el déficit público en 1.2 billones de dólares, el presidente de ese país, Barack Obama, informó que vetará las iniciativas para frenar los recortes automáticos al gasto interno y de defensa que entrarían en vigor en 2013.
En un intento por calmar el nerviosismo de los mercados, Obama informó que la Unión Americana no se encuentra en riesgo de un incumplimiento de pagos y que “de alguna u otra manera” se recortará el gasto público en 1.2 billones de dólares durante 10 años.
“Ellos aún tienen un año para averiguarlo”, dijo Obama en referencia a la fórmula que los congresistas deben encontrar para reducir el gasto público en el pleno de la Cámara alta.
“Estamos profundamente decepcionados porque hemos sido incapaces de alcanzar un acuerdo bipartidista de reducción del déficit”, señalaron en un comunicado el republicano Jeb Hensarling y la demócrata Patty Murray.
Para Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos y quien firmaba los billetes de ese país en 2001, el titular del Ejecutivo no negoció una posición consensuada para reducir el déficit público durante los tres meses de discusiones.
Desde un punto de vista “cínico”, la indiferencia de Obama por proponer soluciones para un acuerdo entre demócratas y republicanos refleja que sólo tiene la mente en su reelección presidencial, afirmó Rosario Marín.
“Obama está apostando a que no van a hacer nada, consecuentemente puede ir a hacer campaña en contra del Congreso, primordialmente en contra de los republicanos”, consideró la ex funcionaria del gabinete de George W. Bush (2001–2009).
Explicó que desde un principio la “supercomisión” bipartidista, encargada de reducir el gasto público en 1.2 billones de dólares para los próximos 10 años, estaba destinada al fracaso. “Dos campos empiezan en los extremos, uno decididamente dice nosotros no vamos a recortar a menos que haya un alza en los impuestos, que es la parte de los demócratas, y los republicanos dicen pues nosotros no vamos a aumentar los impuestos”, refirió Marín, quien hoy es consultora de Compendium Strategies.
Mientas, la calificadora S&P, conservó la nota “AA+” sobre la deuda soberana de EU, pero advirtió que podría rebajarla si demócratas y republicanos no llegan a un acuerdo para evitar el recorte automático del gasto.
“Es importante tener presente que el recorte aplica a partir de 2013, y para ese momento habrá un nuevo congreso, y es posible que decida recortes distintos a la reducción del gasto obligatorio que contempla la actual legislación”, afirmó William Cline, especialista en mercados financieros del Instituto Peterson para Economía Internacional.
Los recortes automáticos que durarían 10 años serían semejantes a los gastos militares del Departamento de Defensa y a programas sociales internos, pero no se contempla reducir el presupuesto del programa Medicare ni el Seguro Social.
Lo más probable es que durante la presente legislatura el pleno del Senado dé lugar a los recortes automáticos que establece la ley, estimó Cline.
En concreto, la ausencia de un consenso en la “supercomisión” del Senado estadunidense “tira la pelota” para que el recorte del gasto público pase a la agenda de la legislatura que se forme después de las elecciones de 2012, concluyeron Cline y Marín.
EFE