La “intensidad y persistencia de los choques” que han afectado los precios de los alimentos incrementaron los riesgos de mayor inflación en el corto plazo, advirtió este viernes el Banco de México.
Aun cuando no se está dando en el país un incremento generalizado de precios, que es la condición que define un fenómeno inflacionario, el banco central aseguró que en los meses recientes las negociaciones salariales se han saldado con aumentos salariales mayores a los que se estaban dando, situación que añadió como un factor de preocupación sobre la evolución de la inflación en el corto plazo.
La advertencia sobre los riesgos de un rebrote inflacionario fue acompañada por el banco central con el reconocimiento de que el entorno externo en que se desempeña la economía mexicana se ha deteriorado y que el propio crecimiento de México se ha vuelto más lento.
“El ritmo de crecimiento de la economía global continuó perdiendo dinamismo. En Estados Unidos la actividad económica siguió mostrando un crecimiento moderado en un entorno en el que prevalece incertidumbre acerca del tamaño del ajuste fiscal que podría aplicarse en 2013 y de su efecto sobre dicha economía. En la zona del euro la actividad económica continuó contrayéndose debido a los procesos de ajuste fiscal y crediticio resultantes de los desequilibrios presentes en varios países de la región”, describió el banco central.
El organismo anunció que mantendrá sin variación su tasa de interés de referencia, en 4.5 por ciento anual.
A diferencia de lo que ocurría todavía a mediados de este año, las economías en desarrollo o emergentes, que habían mantenido una sostenida dinámica de crecimiento, también comenzaron a perder dinamismo, al igual que ya ocurría con las de países industrializados, apuntó el banco central.
“En las economías emergentes la actividad productiva siguió desacelerándose como resultado de la debilidad de la demanda de las economías avanzadas y, en algunos casos, también de la demanda interna”, mencionó el Banco de México.
En ese entorno, aseguró que la economía de México continuó creciendo, pero a un menor ritmo del que lo venía haciendo. Tanto las exportaciones manufactureras, como algunos de los componentes del consumo y la inversión internos, comenzaron a verse afectados de manera más notoria por el entorno económico externo adverso, añadió.
Naturaleza transitoria
Fenómenos relacionados con la oferta de alimentos –como la gripe aviar que afectó al sector hace unos meses, o la disminución de cosechas de granos por sequías e inundaciones en varios países productores– han impactado los precios de algunos alimentos en el mercado nacional, apuntó el Banco de México. Esta situación, abundó, “ha propiciado un alza considerable en la inflación general en los últimos meses”.
En septiembre de este año, la inflación anual fue de 4.77 por ciento, superior a la meta establecida por el propio banco central, que es de 3 por ciento anual, con un intervalo de variación de +/- un punto porcentual.
En el comunicado emitido este viernes, el banco central confió en que dada la naturaleza transitoria de los factores detrás del incremento en el precio de los alimentos el incremento en la inflación sea temporal. Consideró que la inflación alcanzó su nivel más alto del año en septiembre y se ubique cerca de 4 por ciento anual a finales de este año.
“Sin embargo, ante la intensidad y persistencia de los choques que han afectado los precios de los alimentos se considera que los riesgos para la inflación en el corto plazo han aumentado. Destacan como elementos de preocupación adicionales el que, a pesar de no ser un fenómeno generalizado, algunas negociaciones salariales hayan registrado incrementos mayores a los que habían venido presentando en el pasado, además de que no se puede descartar el retorno de volatilidad en los mercados financieros internacionales. Por otra parte, la desaceleración de la actividad económica mundial apunta a menores presiones inflacionarias en el mediano plazo”, agregó.
Agencias