La presión contra Nicolás Maduro aumenta en vísperas de la marcha convocada por la oposición venezolana para este miércoles. Durante la noche del lunes se registraron en Caracas una treintena de protestas callejeras, según datos de la ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. Muchas fueron multitudinarias, la mayoría de ellas violentas. Vecinos enardecidos se enfrentaron a las fuerzas de seguridad con quemas de neumáticos y tomando las calles. Fueron contenidas con vigor por la Policía Nacional Bolivariana. Otros miles lo hicieron desde sus casas, con prolongados toques de cacerolas. Todos se quejaban por el caos económico, el colapso de los servicios, la disolución del salario y exigían la renuncia del presidente.La dimensión y duración de estas protestas, sin convocatoria previa, dejó asombrada a la opinión pública. Buena parte de los enfrentamientos se produjeron en barriadas populares empobrecidas que antes eran bastiones del chavismo, como Ruiz Pineda, Las Adjuntas, Petare, Cotiza, La Pastora o San Agustín. Una estatua de Hugo Chávez fue quemada por turbas enfurecidas en la avenida Dalla Costa, en San Félix, a 800 kilómetros al sur de Caracas. Sobre las cinco de la tarde, en algunas estaciones del Metro de Caracas, transeúntes entonaban cánticos en contra del Gobierno de Maduro.
La reacción de los vecindarios del oeste de Caracas, tradicionalmente controlado por el chavismo, a la escaramuza militar de la madrugada del lunes y la multiplicación de los cabildos abiertos o asambleas vecinales que ha convocado la Asamblea Nacional en todo el país, con asistencias multitudinarias pese a la censura, han extendido el optimismo entre dirigentes opositores y analistas vinculados a la disidencia. Así afronta el país la movilización nacional del 23 de enero, fecha en la cual se conmemora el nacimiento de la democracia en 1958.
“Estamos con ustedes”
Esta convocatoria recibió este martes el respaldo de la Administración de Donald Trump. El vicepresidente de EE UU, Mike Pence, difundió un vídeo en el cual saluda a los venezolanos en castellano, les reitera que no están solos en su lucha, y se refiere al Gobierno de Maduro en términos nada amistosos. “Estamos con ustedes”, afirmó Pence, mientras el senador republicano Marco Rubio pidió al propio Trump que reconozca a Juan Guaidó, presidente del Parlamento, como mandatario legítimo.
La directiva de la Cámara, de mayoría opositora y declarada en desacato por el régimen, le ha devuelto la iniciativa política a la oposición en mucho tiempo. La cuestionada toma de posesión de Maduro, el pasado 10 de enero, ha disparado las alarmas y ha hecho cundir la sensación de hartazgo. Este martes, en lo que ha sido una de sus primeras decisiones ejecutivas, la Asamblea Nacional ha nombrado a Gustavo Tarre Briceño, curtido escritor y dirigente político, como representante especial ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) para la transición hacia la democracia, en un gesto que ha sido respaldado por su secretario general, Luis Almagro.
El lunes Guaidó había grabado un respetuoso mensaje “a la familia militar venezolana”, que se ha viralizado en las redes sociales. En él invita de nuevo a las Fuerzas Armadas a interpretar correctamente la Constitución. Es decir, a “colocarse al lado del pueblo” y trabajar junto a ellos en el restablecimiento del orden constitucional. Guaidó recordó que sus abuelos fueron militares de carrera y les manifestó de nuevo que “la cadena de mando está rota”. “El Ejército no tiene comandante en jefe”, manifestó en alusión al carácter usurpador del Gobierno de Maduro.
Parece existir, como nunca, una sincronía entre la efervescencia del descontento que brota en las calles y el volumen de la presión internacional. Mientras tanto, en los mandos chavistas parece reinar la confusión. Este movimiento luce achicado en las calles, sostenido sobre todo por la voluntad de los militares. De momento, no han procedido a detener a Guaidó ni a judicializar las protestas callejeras. El fallido proceso de captura del dirigente opositor, la semana pasada, ha abundado en la confusión. Sus dirigentes han convocado a otra manifestación el mismo día 23, fecha reivindicada también por el chavismo, pero sus concentraciones recientes languidecen ante el tamaño de la furia popular.
El ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, ha acusado a Voluntad Popular, el partido de Guaidó, fundado por Leopoldo López, de instigar los disturbios del lunes en la noche, y de urdir un complot con los oficiales alzados el lunes para robar armas y producir un evento fatal el 23.
El País