AstraZeneca enfureció de nuevo a la Unión Europea al reducir la entrega de vacunas para el COVID-19, pero recibió un impulso el viernes, porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) desestimó los temores que han llevado a países de Europa y Asia a suspender el uso de la inyección.
La UE ha tardado mucho más en iniciar la vacunación masiva que su vecino Reino Unido debido a un proceso de aprobación y compra más lento y repetidos retrasos en el suministro.
Los reguladores de la UE han descartado reportes dispersos de coágulos de sangre en personas que habían recibido la vacuna de AstraZeneca, pero el viernes Tailandia se sumó a un puñado de países europeos y suspendió la administración de la primera y más barata inyección lanzada a gran escala en todo el mundo.
Un documento de AstraZeneca con fecha del 10 de marzo, visto por Reuters y compartido con funcionarios de la UE, muestra que el fabricante de medicamentos anglosueco espera haber entregado 30 millones de dosis a la UE para fines de marzo, 10 millones menos de lo que prometió el mes pasado y solo un tercio de su obligación contractual.
Un portavoz de la empresa no quiso hacer comentarios, pero una persona conocedora de la situación dijo que hubo dificultades con las cadenas de suministro internacionales.
Los ejecutivos de la industria han advertido sobre los problemas de fabricación a medida que los países intentan proteger sus propios suministros de vacunas, ingredientes y los equipos para fabricarlos, envasarlos y transportarlos.
Washington dijo a Bruselas que no permitirá que las dosis de AstraZeneca elaboradas en Estados Unidos se exporten en un futuro cercano, informó Reuters el jueves.
Y la semana pasada, Italia y Bruselas bloquearon un envío de vacunas AstraZeneca hacia Australia, en la primera aplicación de un mecanismo que permite a la UE rechazar las solicitudes de exportación de los fabricantes de vacunas que rompen los contratos de suministro del bloque.
La compañía ha reconocido problemas de producción en la UE, pero también dijo que esperaba enviar parte de la producción al bloque desde Estados Unidos. Su contrato promete “los mejores esfuerzos razonables” para alcanzar el objetivo de 300 millones de dosis para la UE a finales de junio.
No es suficiente
Bruselas está cada vez más frustrada.
“Veo esfuerzos, pero no ‘los mejores esfuerzos’. Eso no es lo suficientemente bueno todavía”, tuiteó el jueves el comisario de Industria de la UE, Thierry Breton.
Alemania dijo que está hablando con Washington sobre los envíos faltantes de vacunas COVID-19 y señaló que más de 30 países, incluido Estados Unidos, estaban recibiendo vacunas fabricadas en la UE.
El programa de la UE también se vio afectado en las últimas dos semanas por los informes de coágulos de sangre. El jueves, Dinamarca y dos países ajenos a la UE, Noruega e Islandia, suspendieron el uso de la vacuna. Austria e Italia han dejado de usar lotes específicos.
No obstante, la OMS sostuvo el viernes que la vacuna es “excelente” y que no se había establecido un vínculo causal con los coágulos de sangre.
AstraZeneca indicó el jueves que no halló evidencias de un mayor riesgo de trombosis venosa profunda en más de 10 millones de registros de receptores.
Asimismo, el regulador de la UE, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), señaló el miércoles que el número de coágulos reportados en personas que habían recibido la vacuna AstraZeneca no era mayor que en la población general.
Bulgaria afirmó que suspenderá el uso de la vacuna hasta que vea una guía escrita de la EMA, pero el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, dijo a los reporteros el viernes que su país estaba siguiendo los protocolos de la EMA.
Forbes