Sus motivos fueron otros, no los más comunes o “tradicionales”; salir del abismo del licor, las fiestas y el vicio lo obligaron ha prender este viaje hace 27 años a dejar su tierra natal San Juan Teitipac en el Valle de Tlacolula.
Vender paletas y frutas fueron los primeros trabajos, en los años siguientes Arturo Aguilar habilitó su cochera como una panadería después el negocio creció para convertirse en El Valle Oaxaqueño.
Establecerse como un pequeño empresario le costó más de 19 horas de trabajo diario, dejar su tierra que no ha visitado desde hace 27 años por la falta de documentos.
Pero también ha dejado grandes satisfacciones y es que aunque el hombre de la región de Valles Centrales contaba con los recursos necesarios para llevar una vida tranquila en Oaxaca, el alcohol lo obligó a salir de ahí.
Arturo Aguilar recuerda muy bien que ma travesía para llegar a la Unión Americana no fue fácil pagar un coyote, a través diversas rutas entre ellas el desierto y sin nadie que lo apoyara sólo su tío.
El hombre de trato amable y cálido recuerda que no había días festivos, fiestas nada sólo trabajo.
Sin embargo ante el cambio de leyes y este nuevo gobierno se vive con temor.
Carina García