El mensaje antimigrante que ha unido a los precandidatos republicanos en Estados Unidos también los aleja del electorado que puede definir las presidenciales de 2016: los latinos.
Los hispanos representan el 11 por ciento de los votantes y tienen particular peso en varios de los estados más disputados, como Colorado, Florida, Ohio, Nevada y Virginia.
Por lo que, sin su respaldo, difícilmente el Partido Republicano se hará con la Presidencia. Así lo advierten no sólo analistas, sino el mismo liderazgo del partido.
“Necesitamos esforzarnos en conseguir correligionarios y votantes hispanos (…) a menos de que lo tomemos en serio, perderemos futuras elecciones”, señala el comité nacional republicano en un documento de 2012 que usaron para identificar las razones de la derrota de Mitt Romney contra el Presidente Barack Obama.
En esa ocasión, Romney sólo consiguió el 23 por ciento del voto hispano. Cuatro años antes, John McCain se hizo con 31 por ciento del apoyo latino, pero también perdió.
Para 2016, el panorama es todavía más difícil, pues cada mes 50 mil latinos cumplen 18 años. Quien quiera hacerse con la Presidencia necesitará, al menos, el 47 por ciento de los sufragios hispanos, según la encuestadora especializada Latino Decisions.
Ningún aspirante presidencial republicano republicano ha logrado eso en la historia.
El que más se acercó fue George W. Bush en 2004, quien obtuvo el 40 por ciento del respaldo hispano con una campaña en la que abogaba por una reforma migratoria como la que sus correligionarios han frenado.
“Es una fórmula que ya los había ayudado a llegar a la Casa Blanca y aun así lo tiran por la borda”, aseveró Maribel Hastings, asesora ejecutiva del centro de investigaciones America’s Voice.
“Sus declaraciones alienan no sólo a los indocumentados, sino a quienes ya son ciudadanos y les importa el tema, que simpatizan o conocen a migrantes”, dijo Lizet Ocampo, hija de jaliscienses que votará el año próximo.
En la última semana, la mayoría de los precandidatos han optado por seguir los pasos de Donald Trump en su retórica antiinmigrante y de reclamo hacia México y sus ciudadanos.
“Es como una competencia de quién es el más antimigrante”, resumió Hastings.
La iniciativa presentada hace una semana por Trump para deshacerse de la ciudadanía por nacimiento ya fue respaldada por al menos nueve de los 17 precandidatos.
Además, todos coinciden en aumentar la seguridad fronteriza, con más agentes y hasta drones, y rechazan los programas de alivio contra las deportaciones del Presidente Barack Obama.
El tema migratorio no es el único que interesa a los votantes hispanos, recalcó el estratega republicano Moises Merino.
Desde el año pasado, 40 por ciento de los hispanos sondeados por Latino Decisions ya decían que el Partido Republicano se había vuelto tan antimigrante que no considerarían votar por sus candidatos.
“Ya están quemando puentes que ni siquiera existían. Prácticamente todos ya hicieron explotar la relación que algunos querían tener con el electorado latino.
“A estas alturas, casi sería mejor que ya no dijeran nada del tema migratorio. Callarse sería una mejora”, opinó Sylvia Manzano, politóloga y directora de Latino Decisions.
Actualmente, sólo están concentrándose en las elecciones internas para que se defina quién será el candidato presidencial. Por ello, adoptan una retórica más extrema para apelar a las bases conservadoras del Partido Republicano.
Pero será difícil remediar esa imagen durante los comicios generales, cuando tengan que apelar a un electorado muy distinto al republicano, opinaron los expertos.
Algunos precandidatos han buscado ser más moderados que Trump. Los senadores Lindsey Graham y Marco Rubio -él mismo un hispano-, así como el ex Gobernador de Florida Jeb Bush -casado con una mexicana- promueven que los indocumentados en el país vecino puedan obtener estatus legal si pagan una seria de multas y hacen trámites por alrededor de una década.
Pero también ellos tres exigen que primero se aumente el gasto en seguridad fronteriza.
“Aunque son mucho menos radicales que Trump, están muy lejos de lo que antes era el centro político y sus plataformas también están enfocadas en una implementación más dura de leyes migratorias”, dijo Lizet Ocampo, analista migratoria del Fondo de Acción del Centro para el Progreso Estadounidense.
“Además, ignoran hechos como el que la seguridad en la frontera está mejor que en décadas pasadas, que hay menos cruces fronterizos, que una reforma migratoria traería importantes beneficios económicos y que deportar a todos costaría hasta 114 mil millones de dólares”, añadió.
Así, es la competencia es la que más se ha beneficiado por las declaraciones recientes de los precandidatos republicanos.
“Todo lo que han dicho (los republicanos) es ofensivo, deja claro que no me escuchan ni a mí, ni a mi comunidad, ni a millones de personas que tienen conexiones con migrantes o se benefician de la presencia de las personas migrantes.
“Y eso va a movilizar a las urnas a toda la gente que está en desacuerdo y a la que le importan estas políticas”, dijo Ocampo.
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