Recuerdo la primera vez que escuché a Aretha Franklin. Tenía yo quizá unos seis años de edad y la escuché por influencia de mi padre, quien era un amante empedernido de la música. En ese entonces, realmente escucharla no me provocó ninguna emoción, pues no tenía yo mayores referencias sobre su música, su talento y su historia; cuando era niño, pasó para mí realmente desapercibida.
Al convertirme en adolescente, el soul y el R&B se convirtieron en algunos de mis géneros predilectos en la música, pues en la década de los 90, artistas como All 4 One, Boyzz II Men, Mariah Carey, Aaliyah, TLC, Macy Gray, Lauren Hill o Brandy cobraron mucha notoriedad al llevar ese ritmo a las listas de popularidad y convertirlo en uno de los predilectos por los jóvenes de aquella década junto con el grunge. Al escuchar a todos esos artistas de moda interpretando el R&B e indagar más a cerca de ese estilo de música, todos los datos, las referencias y la historia me llevaban en una sola dirección: Aretha Franklin.
A diferencia de esta época, escuchar la música que nos gustaba no era una tarea fácil, pues porque no existían las plataformas de descarga de música; vamos, no era ni siquiera tan popular el internet. No había de otra más que conseguir algún disco compacto de ellos. Y recuerdo esto, porque una labor realmente complicada fue conseguir el disco que Aretha había sacado al mercado allá por el año de 1997, “A Rose, Is Still A Rose” que en realidad se comercializó poco en México porque ella, no era una cantante con los atributos comerciales que imperan en la industria latina; pero al fin lo conseguí y esa, fue una experiencia extraordinaria. Ese material es puro soul y R&B, enalteciendo las dotes interpretativas de la gran Aretha, adicionando el gran talento que ella tenía al interpretar cada nota.
Al poco tiempo, la cadena VH1 realizó el concierto “Divas Live”, el primero donde se reunían en un mismo escenario Shania Twain, Celine Dion, Gloria Estefan, Mariah Carey y obviamente la inigualable Aretha Frankllin. Recuerdo que en ese lejano 1998, mi padre y yo nos desvelamos viendo tan colosal concierto, además de que era la primera vez que yo veía actuar a Aretha en un escenario, dejándome simplemente deslumbrado por sus dotes artísticas y su carisma en vivo. Fue una experiencia extraordinaria, además, porque tuvieron como invitada a Carole King y junto a todas las cantantes y su autora, interpretaron uno de los temas emblemas de Aretha: “(You Make Me Feel Like) A Natural Woman”. Fue algo apoteósico.
Mañana 16 de agosto, se cumplirá el primer aniversario luctuoso de la inocomparable y legendaria Aretha Franklin. Un día en que toda la música lloró a una de sus máximas exponentes y rindió homenaje a una de las más grandes artistas que ha pisado este planeta. Una mujer que fue la primera en muchos sentidos: La primera mujer afroamericana en aparecer en la portada de la revista Time, la primera mujer en ser incluida en el salón de la fama del rock; fue acreedora de la Medalla Nacional de las Artes en 1999 por parte del gobierno de Estados Unidos; la revista “Rolling Stone” la colocó en el número nueve en su lista de los 100 Mejores Artistas de Todos los Tiempos, siendo la primera mujer en la lista; obtuvo dos doctorados en música por parte de las universidades de Berklee y Pennsylvania y el estado de Michigán nombró a su voz con el reconocimiento de “Tesoro natural”.
Aretha es y será siempre referencia. Aretha es y será siempre la reina del soul. Aretha es y será siempre, una leyenda.