“Antorcha Campesina, de ninguna manera es una organización paramilitar, simpatizamos con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero tampoco somos su brazo armado, como se acusa”.
El dirigente estatal del movimiento antorchista en Oaxaca, es categórico. Gabriel Hernández García, no es un líder campesino improvisado como otros “vivales” que proliferan en el estado.
Es ingeniero agrónomo experto en economía agrícola, egresado de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), incansable promotor de la educación, la cultura y la producción en Oaxaca.
Es fiel seguidor del dirigente nacional Aquiles Córdova Morán: “Es necesario educar y organizar a las masas para que sean ellas las que impulsen, sostengan y desarrollen el cambio que se busca”.
Córdova logró el cambio de Escuela Nacional de Agricultura a Universidad que garantiza el ingreso, preferente, de hijos de campesinos pobres, obreros, artesanos, hijos del verdadero pueblo.
Expulsado de la UACH, el grupo dirigido por Aquiles concluyó que debían fundar un movimiento que, a diferencia de su labor docente en la Universidad, organizara y educara a las grandes masas.
Y no falta razón a la organización Antorcha Campesina, porque los datos del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2015, de la OCDE, son verdaderamente alarmantes.
El estudio PISA de 2015, arroja el dato que el nivel educativo de cada mexicano es de segundo de secundaria, lo que se traduce en una limitante que no nos permite ser globalmente competitivos.
Asimismo, el porcentaje de la población de estudiantes universitarios que tenemos en México es de ocho punto cinco por ciento de la población, cuando en Rusia es de cuatro por ciento.
Otro dato importante que hay que mencionar, es que en México leemos 2.8 libros al año por mexicano y en Rusia, son 16 libros, en Alemania 14, en Japón y Noruega leen 40 libros al año.
De ahí que una de las prioridades de Antorcha Campesina es la formación de cuadros científicos con visión global, entre los que destaca Romeo Pérez Ortiz, doctor en física y matemática.
Egresó de la Universidad Estatal “Lomonosov” de Moscú, fundada el 12 de enero de 1755, por el científico Mikhail Vassilievich Lomonosov al que puso su nombre la emperatriz Elizaveta Petrovna.
Antorcha conoce la trascendencia eterna de las matemáticas. Por ello, realizó la VI Espartaqueada Nacional de Matemáticas en Tecomatlán, Puebla, con jóvenes y profesores de todo el país.
Participaron 5 mil estudiantes, llegaron a la final 590, cifras que muestran el interés de estudiantes y maestros y por ello, consideran de suma importancia la enseñanza de las matemáticas.
Resultado de lo anterior, buscan que, de manera obligatoria, se cree un grupo especial de matemáticas en cada escuela que tienen a su cargo, así como también un grupo de ajedrez.
“Estamos trabajando en el proyecto para que en cada estado logremos alcanzar este cometido”, subrayó el doctor en física y matemáticas Romeo Pérez Ortiz, de origen oaxaqueño.
La ciencia como tal, no debe separarse de la política, sostiene. Y la matemática puede contribuir educando a la niñez -a través del estado- en la parte del razonamiento, no de la memorización.
“Debe educarlo desde la comprensión, para que el alumno -desde el nivel básico- entienda conceptos abstractos. Lamentablemente, esto no se enseña en México y es un problema grave”.
Solo el 0.3 por ciento de los alumnos tiene excelencia académica en matemática, según los datos alarmantes del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2015, de la OCDE.
Entonces, se pregunta sobresaltado el científico antorchista Romeo Pérez Ortiz cómo podemos desarrollar la ciencia y la tecnología en México si en esta parte tan importante estamos tan mal.
Con datos del Conacyt y de la Sociedad Mexicana de Ciencias, en México se generan dos mil doctores en ciencia, muy pocos a comparación de Rusia, con 32 mil doctores anualmente.
Los rusos generan dos mil cien doctores en matemática al año, y en México, con datos de la Sociedad Matemática Mexicana, entre los 130 y 135 doctores en matemática anualmente.
Además, si en el país no hay laboratorios ni investigación, no avanzaremos. Por ello, 20 mil doctores en ciencia trabajan en Estados Unidos donde encuentran condiciones para desarrollarse.
Nuestro país tiene un rezago de treinta años en comparación con los países más avanzados y continuaremos así o peor, ya que no hay una preocupación real de parte del Estado mexicano.
El antorchista egresado de la Universidad “Lomonosov” de Moscú cita como ejemplo, alguien que terminó su doctorado en física nuclear o cuántica, no tiene dónde ejercer y tiene que emigrar.
Con todos estos datos alarmantes proporcionados por instancias nacionales e internacionales, nos damos cuenta que por ahora en México no puede haber crecimiento tecnológico y económico.
No se pueden generar industrias porque se necesitan científicos; no creamos ni siquiera autos de lujo solo armamos. En resumen, no podemos hacer mucho en el área de ciencia y tecnología.
Si el gobierno se interesara en invertir y fomentar la educación tecnológica y científica y crear infraestructura, consideró que muchos jóvenes contribuirían al desarrollo económico del país.
Pérez Ortiz advierte que es un problema grave, porque una vez que el país se abre al libre comercio, se sujeta a grandes competidores muchos de los cuales comienzan a invertir en México.
La preocupación educativa mínima, se enfoca a preparar “mano de obra barata”; mediante la cual se enseña a los jóvenes a manejar ciertas herramientas que les permitan acceder al campo laboral.
Después del gobierno de Luis Echeverría el gobierno mexicano ya no ha querido fomentar el surgimiento de más científicos ni genios, porque ellos serían quienes reclamarían al gobierno.
Muestra de ello, es que han intentado eliminar la materia de Historia en secundaria; las escuelas normales están comenzando a desaparecer donde ya eliminaron materias como matemática.
Eliminar de los planes de estudio estas dos materias, es “la muerte educativa”, literalmente, están creando robots que no razonan, autómatas, que hacen únicamente lo que se les indica.
El libre comercio estancó la educación en el país: el estado dejó de invertir en crear su propio mercado interior, en desarrollar su industria, su fábrica y queda sujeto al comercio exterior.
México depende económicamente de otros países. Entre 80 y 82 por ciento de los productos que se generan en México, van a parar a Estados Unidos. No hemos firmado tratados con otros países.
El gobierno mexicano debe poner un límite a Estados Unidos y desarrollar industria interna, para generar investigadores y científicos. Se necesita elevar el nivel académico en las escuelas.
México sigue atravesando el problema que nuestros profesores, por mucho que conozcan del tema, no están entrenados pedagógicamente, y ese problema comienza en la primaria.
En Rusia, todos los maestros reciben cursos permanentes de pedagogía y en México, eso no sucede. En matemática, ponen en el pizarrón fórmulas para que se las aprendan los niños.
Cuando el alumno cuestiona la manera en la que se presentan las fórmulas, el profesor responde de una manera tajante, sepa o no la razón de ello, que debe aprendérselas porque las usará.
Por ello, el alumno se va quedando con la idea de memorizar, mecanizar, lo que se le va enseñando, y llega un momento en el que ya no entiende lo que se le enseña, ya no lo razona.
Ahí comienza la aversión a la matemática y hacia el profesor. ¿Por qué sucede eso? Precisamente por lo antes mencionado: no hay capacitación constante enfocada a las técnicas de enseñanza.
Para erradicar esto, los profesores deben actualizarse año con año en los diferentes niveles de enseñanza. Y, los profesores que de secundaria y preparatoria, deben ser especialistas en el área.
En este último punto, por ejemplo, los que dan clases de matemática en estos niveles en Rusia, son doctores especialistas en la materia y por eso, a sus alumnos se les facilita el aprendizaje.
Es indispensable que los maestros se capaciten constantemente en las materias que impartirán. Si el gobierno no presta atención a ello, México no tendrá científicos, matemáticos e investigadores.
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@efektoaguila