Si los seguidores de Andrés Manuel López Obrador quieren desde ya las llaves de Los Pinos y de Palacio Nacional basados en una encuesta de doce meses antes de las elecciones reales y sobre todo sin candidatos de los demás partidos, basta recordar que los escenarios anteriores siempre han sido así.
López Obrador es muy dado a comerse la torta antes del recreo; y ha dado por definitivas las encuestas que revelan muchas deficiencias técnicas y de tiempo político:
–Un año antes de las elecciones presidenciales del 2006, López Obrador estaba arriba en las encuestas: 31%, contra 26% del panista Felipe Calderón y 15% del priísta Roberto Madrazo. En la última encuesta legal, una semana antes de las votaciones, López Obrador habían subido a 36%, contra 34% de Calderón y 26% de Madrazo. El resultado oficial fue desencantador para el tabasqueño: 35.9% para Calderón, 35.3% para López Obrador y 22% para Madrazo.
–En el 2012 se repitió, menos radical, el escenario: en noviembre del 2011 las encuestas promediaban 31% para López Obrador, 56% para Peña Nieto y 12% para Vázquez Mota; una semana antes de las elecciones, en promedio, López Obrador había subido a 30%, Peña Nieto bajado a 42% y Vázquez Mota ascendido a 23%. El resultado final fue: 31.5% para el tabasqueño, 38.2% para el mexiquense y 25.7% para la panista.
–En las elecciones para el DF en el 2000, López Obrador arrancó el año con 26% de preferencias, llegó a un techo de 44% y al final se quedó con 37%, en cambio el PAN arrancó con 18% y en las elecciones casi alcanzó al tabasqueño con 34%. Un mes más de campaña y López Obrador hubiera perdido por el efectoFox en el entonces DF.
Las encuestas son lo que los políticos no quieren reconocer: una fotografía del instante; hay veces en que un encuestado puede terminar la entrevista y cambiar de parecer apenas retirado el encuestador.
Por la encuesta del Reforma el domingo pasado, los lopezobradoristas-morenistas ya exigen las llaves de la presidencia: López Obrador puntea con 31% como el único precandidato seguro de ser candidato, seguido de Margarita Zavala (PAN) con 26%, Miguel Ángel Osorio Chong (PRI) con 15% y Miguel Ángel Mancera (PRD) con 7%, sólo que éstos tres últimos no son siquiera precandidatos.
En el PAN, el PRD y el PRI no hay preocupación por las elecciones porque aún no resuelven sus problemas internos para definir candidato. En el 2006 Calderón siempre estuvo debajo de López Obrador, pero lo alcanzó en los últimos dos meses. En el 2012 Peña Nieto llegó a tener más de 25 puntos porcentuales sobre el tabasqueño y la elección dio una ventaja al PRI de siete puntos.
López Obrador está muy confiado en su base electoral de 30% porque no se moverá por más errores que tenga; por ejemplo, la incorporación a Morena del desprestigiado Amigo de Fox, Lino Korrodi, no impactó las encuestas porque López Obrador es más bien un voto de protesta contra el PRI y contra el sistema.
El PRI y el PAN se disputan y jalonean los votos útiles e indecisos. El 26% de Margarita es el pisoque le dejó la pésima candidatura y peor campaña de Vázquez Mota y el 15% del PRI sería su voto duro en crisis y dependerá de los priístas si el PRI pierde la presidencia, con sus fracturas en la XXII asamblea.
El 2018 apenas comenzó con las encuestas, pero se resolverá en las urnas.
Política para dummies: La política es también el juego de las ilusiones perdidas.
Sólo para sus ojos:
- Delfina Gómez había dicho que no saldría a marchar a las calles y había aceptado el resultado, pero López Obrador la presionó y condicionó su posible senaduría plurinominal a protestas callejeras. Y para empeorare las cosas, la personalidad más conocida que la acompañó fue Gerardo Fernández Noroña, cuyos negativos ya contaminaron a la morenista. Fue tal el repudio que el segundo día de marchas Noroña fue invitado a largarse.
- Los EE.UU. entraron en una zona de desastre: el presidente Trump amenaza con despedir por twitter a su secretario de Justicia y el último director de la CIA de Obama dice que los funcionarios deberían desobedecer al presidente si despide al investigador especial del Rusiagate, lo que fue caracterizado como una convocatoria a un golpe de Estado contra Trump.
- En uno de los momentos decisivos en que se requiere de la firmeza de la autoridad electoral, el INE se fue de vacaciones dos semanas. Pero dicen que esas vacaciones quieren enfriar el caso Coahuila para dejarle la victoria al PRI y diluir las protestas.